CUANDO PAMPA 01 PERDIÓ EL INVICTO

17 y 18 de Diciembre de 2011

INTRODUCCIÓN

                No voy a repetir la introducción de las razones inexplicables de mis continuos regresos al oeste pampeano. Las menciono cada vez que relato un viaje así que no los voy a aburrir una vez más.

                Esta vez, sin embargo había una razón especial: un viejo conocido, el puestero Don Felipe González, el del Puesto El Puesto, me encargó que le compre un grupo electrógeno ya que para ellos es casi imposible salir de allí y lo que consiguen en la zona tiene precios exorbitantes. En realidad hubiera sido más barato comprarlo y despacharlo por algún flete pero quien se resiste a la tentación de comerse un chivo por esos pagos?

                Además nos asegurábamos darles la satisfacción de que tengan el grupo electrógeno para las fiestas y que puedan brindar al menos con algo fresco. No se imaginan el calor que hace allí en estas épocas.

                Así que una vez que conseguí el equipo y le comenté a Pablo Anastasio, no tardamos nada en armar un fugaz paseo a la zona, esta vez de nuevo con nuestras abnegadas esposas, que pese a saber que literalmente las llevábamos al “horno”, accedieron a acompañarnos.

                Las cosas del destino (mejor dicho la dificultad actual para conseguir unos repuestos importados…) me imposibilitaron hacer uso de la Pampa 02, así que como la idea no era ir a hacer cosas raras, eché mano de la Pampa 01, que está viejita pero en condiciones aunque completamente urbana.

SANTA ROSA

                Quedamos en encontrarnos el sábado por la mañana en Santa Rosa. Salimos tranquilos el viernes al mediodía y como compensación al sacrificio, sorprendí a mi esposa alojándonos en el bonito Hotel La Campiña de Santa Rosa, donde además tienen una muy buena cocina, así que aprovechamos para cenar.


Hotel La Campiña, en las afueras de Santa Rosa, sobre la RN05


Adriana en los hermosos jardines poblados de caldenes

                A las 9:00 estábamos en la YPF al sur de Santa Rosa, donde llenamos todos los bidones. Pablo llegó a horario y sólo nos demoramos porque el tema de la carga de gasoil fue una tortura. Casi media hora para completar el tanque de la Toyota…

                El itinerario planeado era dirigirnos al oeste por la RP14, pasando por El Durazno y Jagüel del Monte (hasta donde llega el asfalto) y luego tratar de llegar directo hasta Chos Malal enlazando los parajes de Árbol Solo y Paso de los Algarrobos atravesando los pesados arenales y el cauce seco del Atuel a lo largo del camino.

                Ya hacía mucho calor temprano en Santa rosa, así que indudablemente nos esperaba el horno en el "Far West" pampeano.

                Tomando mate con el aire acondicionado puesto recorrimos sin problemas los 140 km de asfalto e ingresamos en pesado el camino de arena que seguía. En varios lugares se puso muy pesado así que por las dudas puse la doble tracción y en forma alegre fuimos avanzando bajo un sol abrasador. En una breve detención técnica, al bajar de la chata, pudimos comprobar que el calor “dolía”.


La interminable RP14 rumbo al oeste

 
Después del asfalto, es un continuo arenal, salvo un tramo cercano a Árbol Solo

                Unos 20 km antes del desvío a Árbol Solo, el camino se volvió entoscado y excelente, escoltado por una nueva línea de media tensión: esto no era así unos años atrás. Recuerdo que en 2005, cuando vine con Pedro Gutovnik, la llegada a Árbol Solo era una verdadera tortura. Y ahora era un trámite.

ÁRBOL SOLO


Un cartel anuncia el desvío a ÁRBOL SOLO


El árbol solitario que le dio el nombre al paraje lo partió un rayo hace mucho, elegí éste joven ejemplar como reemplazo

                Entramos a Árbol Solo y no costó nada encontrar a Baldomero Álvarez, que la vez pasada nos había vendido combustible. Estaba todo desierto ya que la actividad principal del poblado es la escuela, que a esta altura del año ya no funciona. Pese a tener ahora un acceso decente y energía eléctrica, no notamos grandes cambios, inclusive la precaria estación de servicio no funciona más. Baldomero se acordó enseguida de aquella fugaz visita y nos atendió muy amablemente, al igual que su esposa. Todo un personaje. Le pedimos nuevamente que nos franqueé el acceso al almacén de Lunaklick y enseguida nos guió con su chata a lo de Mario.


Baldomero Álvarez y Pampa


Árbol Sólo no estaba solo


Me parece que nafta Premiun no hay...


La arenosa huella que nos lleva al almacén de Lunaklick

ALMACÉN DE LUNAKLICK

                Seis años después el aspecto era igual o peor: el viejo almacén con todos sus bártulos dentro sigue resistiendo el paso del tiempo, pero cada vez más cerca del final. Para bien o para mal Mario, lo conserva intacto, aún sabiendo que posee un tesoro entre manos. Lo malo es que un día la estructura de barro cederá y no existirá más.  Algo se debería hacer para que se conserve sin centrifugar su contenido, es un pedazo de historia viviente de la colonización del oeste pampeano.


El patio arenoso donde está el viejo almacén


Almacén de Lunaklick


Un retrato del viejo dueño, Don Enrique Lunaklick


 Almanaques de hace 50 años ó más, uno de 1960 y otro 1947


Los transportes de la época cargados hasta lo imposible; el carro con el caballo en el aire es mortal...


Viejos sifones y algunas viejas conocidas latas de café y bizcochos


Bizcochos CANALE y ginebra LLAVE


Una balanza, lata de café torrado  y una antigua plancha a carbón


Vistas del increíble interior del túnel del tiempo


Que letrita la del contador que administraba el almacén!


Una maravilla el escritorio tipo "secreter"

                Cerca de mediodía seguimos hacia el infierno. Salimos de Árbol Solo y el tramo hasta Paso de los Algarrobos estaba realmente muy pesado ya que el entoscado no había sido extendido hasta allí. El río Salado no tenía prácticamente agua confirmando la brutal sequía de la zona.


A partir de Árbol Solo, todo es desolación: caminos de arena, humildes tranqueras, desierto puro...


El río Salado, que años atrás lo vimos con mucha agua, ahora está casi completamente seco

EL DESIERTO

                La incógnita era el cruce del Atuel, que en 2003 me había costado bastante ya que la pretendida RP14 no era siquiera una huella, sólo un alambrado a seguir por el costado.

                Felizmente la AVP Administración de Vialidad Provincial parece que hace su trabajo y ahora estaba convertida en una ancha autopista de tierra que atravesaba el bañado, ahora terriblemente seco. Inclusive al llegar a Punta de la Barda, se han tomado el trabajo de rectificar el recorrido por encima de los pequeños cerros que le cortan el paso.


Aunque parezca mentira, estos son los humedales del Atuel. Acá hay menos agua que en las redes de algunos municipios del Gran Buenos Aires

                Cruzamos la RN151 y seguimos por la RP14 de nuevo en buenas condiciones, pero ahora subiendo lentamente a la meseta basáltica. Unos 30 km antes del desvío a Chos Malal un extraño alambrado longitudinal en el medio de la ruta nos sorprende pero nos permite seguir a su lado. Con tanto espacio, justo lo van a poner ahí?. Algo que corroboré después es que la RP14 en este tramo inexplicablemente pierde su orientación este-oeste.


Increíbles nubosidades pampeanas


Pampa 01 está viejita pero tiene su facha intacta

 
Interminable camino a Chos Malal recorriendo desierto

                Encontramos el desvió a Chos Malal y lo tomamos, siempre bajo un calor infernal. Las nubes tenían un aspecto de lo más llamativo. Por primera vez podemos ver a nuestros pequeños volcanes, digo nuestros porque a los tres los pudimos coronar: El Nido, El Escorial y el Agua Poca.

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