MÁS ALLÁ DE LA RN40

CAMINOS, HUELLAS OLVIDADAS Y TRAZAS INEXISTENTES EN EL OESTE PATAGÓNICO

11 al 20 de octubre de 2013

VENIMOS DEL RIO DEL MEDIO  >>

JUEVES 17

INTENTO DE VADEO DEL RÍO DEL MEDIO - ESTANCIA RÍO DEL MEDIO - VADEO DEL RÍO CARDIEL - TRES LAGOS


Desilusionados, bajamos por la huella del escote "con la cola entre las patas" pero con ganas de volver



El derrotero a campo traviesa hacia la estancia Río del Medio nos regaló estos paisajes "puneños" en latitud 49S


Apareció el valle del arroyito que cruzamos ayer antes de acampar pero no
había por donde cruzarlo por lo abrupto de los laterales del cañadón que lo aloja


No tuvimos que volver a meter en pedregales para avanzar y encontrar donde cruzar aguas abajo


Pampa 02 haciendo gala de su suspensión y maniobrabilidad


Y después de mucho buscar encontramos por donde bajar y subir del cauce del "inofensivo" arroyito


El inofensivo arroyito tenía pozos de hasta un metro de profundidad y no resultó sencillo cruzarlo

 
En el segundo intento conseguí pasar el tren delantero pero se colgó del chasis y el paragolpe con las patitas en el "aire" (agua en realidad)


Y en esta toma haciendo gala de rescate con malacate...


Miguel, con el Torito Rojo, dio cátedra de como había que cruzar. Ni se bajó...



Sin huellas, fue trabajoso buscar cómo llegar a la estancia Río del Medio


Pasé inclinadito....(un clásico del Pampa)


Y finalmente, Don GPS y el olfato nos llevaron a la estancia Río del Medio



Como ya sabíamos por los datos de don Martínez, estaba completamente abandonada. Buen lugar para acampar otra vez

                La salida de la estancia Río del Medio fue sencilla porque si bien estaba completamente abandonado, el acceso alguna vez fue  un camino bien trazado así que le pudimos imprimir velocidad a nuestro avance.  El mismo sube una  cadena montañosa que separa al río del Medio del río Infante; al llegar al valle de éste último, nos quedamos boquiabiertos con el paisaje: parecía que nos habíamos trasladado a la Puna catamarqueña.

                Un profundísimo valle de montañas coloridas, donde en la ladera de enfrente se dibujaba un camino largo que “sube y se pierde”, que indudablemente era nuestra salida y que por supuesto tenía un correlato similar para descender hasta el río Infante.

                Contentos los que manejábamos, bajamos por la huella zigzagueante y pasamos al costado de un rústico puesto habitado aunque desierto en ese momento, que supusimos sería el Puesto Rabón, aunque el IGM lo indicaba más al norte. Enseguida después vadeamos el río Infante, bastante más caudaloso que aguas arriba en el día de ayer y trepamos la subida que habíamos visto desde arriba, rodeando el cerro Bayo. Una vez arriba, no faltó mucho para encontrarnos en el punto de salida cuando bifurcamos rumbo a La Angelina el día de ayer. Es todo tan vertiginoso que parecía que hacía varios días pero sólo habían pasado apenas poco más de 24 horas…


El río del Medio o Arenisca ahora serpentea un poco más lejos de la meseta y no parece haber sitios sencillos para vadearlo y apuntarle
 luego a las alturas. Pero algo debe haber, el IGM nos marca por ahí la estancia La Cabaña. Siguen sumándose motivos para volver...


La huella abandonada y todo permanece en buen estado: el suelo es firme y nadie lo pisa...


De repente, un profundo y ancho tajo en la planicie que recorríamos,
 nos hizo detener para observar con atención.

Un ancho y profundo valle lunar se alzaba delante nuestros ojos, con el río Infante en su interior, pero había que bajarlo y subirlo


No esperábamos ver este tipo de paisajes en el medio de la estepa


Nos sacrificamos y nos largamos a su interior. La bajada era interminable


No terminábamos nunca de alcanzar el fondo de ese valle


La subida enfrente lucía espectacular. Impresionante cuesta de bajada y de subida.


Aunque no era la posición exacta indicada en los mapas del IGM, indudablemente este era el Puesto Rabón, con panel solar y todo


Sin duda debe estar habitado pero cuando pasamos no había nadie. Lindo para pasar el invierno...


El río Infante o Rabón tenía mucha más caudal hoy que ayer a la altura de La Angelina, aunque fue un vadeo sencillo


Paisaje de cuesta del Infante en subida

                Retomamos el camino que rodea el Cardiel por el oeste, dejando atrás las estancias Cerro Bayo, Dos Hermanos y San Pedro antes de encontrar el vadeo del río Cardiel.

                Este río tiene mucho caudal, ya que suma lo que les aportan el del Medio, el Infante y el Lavas pero por suerte el cauce allí es ancho y plano.  Por si acaso usamos el método del wader para verificar profundidad y obstáculos, siendo comisionado el que escribe para tal misión.

                Lo recorrí completamente sin encontrar obstáculos y con una profundidad máxima de 70 cm en un breve trecho. Cerca de la zona central me llamaron la atención unas “olitas” medio raras y para mi sorpresa en lugar de encontrar piedras encontré enormes truchas remontando el río para desovar. Casi me tiro para atrapar alguna…

                Con esta información Miguel hizo punta y se mandó a cruzar y lo hizo sin problemas excepto que a la salida, donde yo no siquiera llegué a caminar porque casi no había agua y era pedregoso, se encajó hasta los ejes y quedo varado con la trompa en seco.

                Prestamente se largó Christian a hacer el cruce sabiendo que en esa zona había que pisar fuerte. De nuevo el cruce sin contratiempos pero al pasar al costado de Miguel, llegó a sacar la chata del agua pero también se encajó feo.

                Ahora había que medir que hacer porque no era cosa de encajar las cuatro chatas, así que antes que Pablo pasara recorrieron la costa y concluyeron que la huella de salida era unos 50 metros río arriba, para lo cual había que navegar un poco paralelo a la costa donde había 20 cm de agua. Eso hizo Pablo y realizó el cruce perfectamente. Lo mismo hice yo y de ese modo pudimos acometer el rescate de los dos encajados.

                Dió bastante trabajo sacarlos pero a fuerza de tironeos de eslingas y malacates los pudimos sacar de la incómoda posición. Costó mucho más sacarlo a Miguel ya que debimos recurrir a los dos malacates y a usar las otras chatas de anclas.

                Mientras tanto, seguíamos viendo las truchas, motivo por el cual concedimos una licencia a los pescadores para que nos procuren la cena. En tal caso acamparíamos aquí ya que el lugar estaba bueno y había agua y leña. Total, el día de mañana se resolvía arrancando de nuevo temprano…

                Los ingentes esfuerzos de los pescadores fracasaron, ya que las truchas seguían su curso río arriba y ni bola a los señuelos. Así las cosas, retomamos el plan de dormir en Tres Lagos.


De nuevo en el lago Cardiel (notar la diferencia de por día nublado) y fugaz paso por error en estancia "Dos Hermanos", activa.
Uno de sus propietarios es don Marcelo Martínez, quien tuvo la gentileza de aportarnos datos de la zona


La idea era completar el rodeo del Cardiel, para lo cual había que vadear el río homónimo. Allá vamos...


Acá desemboca la RP29 que rodea al Cardiel. Sigue enfrente..


El río Cardiel luce ancho y correntoso. es la suma de tres ríos interiores: el Lavas, el Infante y el del Medio


Y otra vez lo sacrificamos al Pampa para catear el vadeo, total le gusta...



Se lo recorrió todo y no tenía excesiva profundidad, el piso era firme y no había sin piedras grandes


Como el Pampa pudo regresar y dio el OK, entonces Miguel decidió encarar el cruce, aunque no conocía la sorpresa final...


Preocupado por el agua, el Pampa no pisoteó la costa y resulta que era un barreal
 de la ostia y Miguel entonces quedó varado a un par de metros de salir del río


Christian alertado del problema encaró fuerte la salida pero apenas alcanzo a salir del agua y también quedó atrapado.
Pampa y Pablo finalmente cruzamos por otro lado remontando uno s100 metros de ríos a una zona con piedras


Pampa con su método para evitar la entrada de agua y los huellones después del rescate
 

Los huellones que seguramente quedarán hasta el próximo deshielo

 
Eduardo se tomó el trabajo de editar un hermoso video con las peripecias este vadeo

                La huella de salida, la continuación de la RP29 no estaba tan transitada como del otro lado del río y hacía un gran rodeo para salvar un gigantesco cañadón, pero en general estaba buena y no tardamos en alcanzar la RN40, todavía en construcción por aquí y llegar de noche a Tres Lagos, donde repostamos combustible, cenamos opíparamente unos megacanelones en el comedor que atiende a los obreros que trabajan en la construcción de la ruta 40 y conseguimos alojamiento cómodo y económico en un albergue comunal, tal y como si lo hubiésemos planeado.

                Cierre perfecto para la antesala del día “D” de la expedición.


La parte final del día todavía nos depararía algunas sorpresas paisajísticas


Curiosas formas erosionadas por el omnipresente viento patagónico


Pura Patagonia querida!!!


El profundo cañadón que tuvimos que sortear alejándonos de las costas del Cardiel


A lo lejos el lago Cardiel, que ya no volveríamos a ver en este viaje,  y un guanaco compartiendo nuestra visión



Atardecer patagónico genial para cerrar el día de aventuras


Estancia abandonada San José


El recorrido de los dos días previos en la trastienda del Cardiel

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