MÁS ALLÁ DE LA RN40

CAMINOS, HUELLAS OLVIDADAS Y TRAZAS INEXISTENTES EN EL OESTE PATAGÓNICO

11 al 20 de octubre de 2013

VENIMOS DE TRES LAGOS  >>

VIERNES 18

TRES LAGOS - LAGO TAR - ESTANCIA 12 DE ABRIL - VADEO DEL RÍO TAR - CONFLUENCIA 49°S 72°O - TRES LAGOS - COMANDANTE PIEDRABUENA

                Seguimos ahora por la margen este pero subiendo a los filos que parecían más transitables. La confluencia estaba a la vista, sobre una ladera que tenía manchones grandes de nieve porque, claro está, al remontar 30 km de río habíamos ganado bastante altura y rozábamos los 1000 msnm, nivel al que empieza a aparecer la nieve. El clima se empezó a descomponer, nublándose en forma muy gris y había un viento que superaba largamente los 80 km. Parecía que llegaríamos muy cerca con las chatas cuando nos asomamos al valle de un afluente del Tar que debíamos cruzar. El terreno pareció darnos un respiro puesto que la ladera tenía una suave pendiente y estaba tapizada de piedras poco filosas, al menos hasta llegar al afluente.

                A partir de allí quedarían unos 500  600 metros de mallín y algo de nieve que en el peor de los casos salvaríamos a pie. El éxito estaba casi asegurado.

                Christian se mandó y a poco de andar las piedras cedieron y se enterró hasta los ejes: bajo las piedras había una pegajosa capa de barro que no tenía sustento alguno. El terreno nos engañó completamente.

                Miguel, con el único malacate en servicio, se acercó un poco con cuidado para tratar de sacarlo. Al comenzar a tironear, pese a haber buscado una zona “dura”, el Torito también se encajó y no podía salir hacia arriba. Quedaba libre la chata de Pablo, que afectado por el “mal de las confluencias” en lugar de esperar se mandó hacia arriba por un filo a la luz de las encajadas. Cuando requerimos que se vuelva para ayudar nos comunica que él también había caído en una trampa parecida y que necesitaba ayuda…

                Las tres chatas encajadas mal y Pampa 02 lo suficientemente lejos como para ir a buscarla sin correr riesgo de empeorar la situación. Estábamos al horno con papas y encima enojados entre nosotros. Ni Pablo ni Christian podrían salir por sus propios medios, todo quedaba en manos del Torito Rojo.

                Teníamos disponible el malacate del Torito, un hacha y un par de gruesas estacas y la única opción era escapar “hacia adelante”. Si esto fallaba la única opción era pasar la noche aquí esperar a que el frío congelase todo y ayude a salir, igual que en el barrial de ayer, pero ahora estábamos urgidos por el tiempo,

                Las estacas se podían clavar empujando con un dedo así que había que encontrar algún lugar que milagrosamente fuera diferente al resto. Casi en el límite del cable del malacate encontramos un área un poco más firme con una roca mediana que podía ayudar a sostener las estacas.

                Las clavamos y rezamos para que aguanten; al tirar se movía todo pero alcanzó para despegar el Wrangler en bajada y poder llevarlo hasta la “isla” dura. Sin embargo todavía había que sacar la Toyota de Christian y después ver como salir de allí. El Torito había quedado paralelo a la Toyota a unos 20 metros y entonces intentamos girarla desde allí para traerla a la “isla”. Acomodamos el Jeep y lentamente pudimos sacar a la ballena encallada trayéndola a la “isla” también.

                Faltaba salir de la pedregosa ladera blanda, lo que logramos subiendo muy lentamente en forma lateral, como pisando las curvas de nivel hacia arriba de a una, y por supuesto,  caminando delante par evitar sorpresas. Casi una hora nos llevó el operativo que nos puso en el filo por donde avanzó Pablo, que también seguía enterrado.

                Sacar a Pablo fue fácil con el malacate y de ese modo todos estábamos liberados. Habíamos zafado de un gran kilombo, agravado por la ansiedad de conseguir una confluencia esquiva.


La confluencia estaba arriba del manchon de nieve que se ve a la derecha, la topografía no parecía complicada para
arrimarse más, salvo el zanjón al final de la planicie, Al fondo se ve el río Tar descendiendo de la meseta de la Muerte


El suelo parecía un empedrado perfecto...


Y Christian se largó confiado y entusiasmado por la cercanía de la meta


Sin embargo vemos que se detiene y se baja Marcelo. ¿Qué habrá pasado?


Un poco de zoom y nos damos cuenta de lo que miraba incrédulo Marcelo. Bueno, lo tiramos para atrás y lo sacamos...


Estaba muy lejos así que Miguel decide bajar un poco mirando cuidadosamente el terreno


Panorama general desde lejos, tomado por Pablo, que afectado por la "fever confluence"
 siguió adelante, suponiendo que el rescate era sencillo


Apenas el malacate de Miguel empezó a tirar, el Wrangler se empezó a enterrar también. Al querer salir hacia atrás, vimos que era imposible.
No hay más fotos del rescate porque estábamos ocupados en zafar de la incómoda situación...


Pablo fue capturado por la misma trampa piedro-barrosa. Por suerte estaba en un lugar de fácil rescate a 800 metros de la confluencia.
De allí, seguimos todos a pie.

                A 800 metros de la confluencia decidimos, por lo avanzado de la hora y para no hacer nuevas cagadas, no seguir con las chatas y lograr la confluencia a pie. Pese al fortísimo viento no tardamos demasiado en alcanzarla y darnos la enorme satisfacción de cumplir el objetivo para lo cual habíamos invertido una semana y habíamos rodado más de 3000 km.

 Los que habíamos merodeado por la zona en 2010 nos sentimos reconfortados de no haberla dejado caer en otros manos (Teléfono para Hugo Perret y Raine Golab jajajaja !!!!) y los novatos más felices aún porque debutaron con un captura de las difíciles. Registro oficial de la captura click aquí.

.                Sacamos las fotos de rigor  y de paso le echamos un vistazo al track por el cual debiéramos haber bajado desde el lago Cabral, que estaba a seis o siete km de allí. Parecía posible aunque con estos suelos nadie sabe. Es indudable que para andar por estos lares el fin del verano debe ser mejor ya que no hay agua en los ríos y el barro y la nieve no molestarán tanto.


Acá dejamos las chatas, seguir con ellas daba mucho trabajo y a pie haríamos más rápido


Hacia mucho frío y el viento era terrible pero el entusiasmo de llegar podía más


Y fue una buena decisión porque, si bien interesante el terreno, tenía de todo para hacernos renegar con los vehículos.
Nada que ver con lo que parecía de lejos: nieve, mallines, piedras, arroyitos, lagunas, pendientes, viento, frío, etc..


Hermosos y hostiles paisajes de las adyacencias de la meseta de la Muerte


Cerca de la confluencia, descubrimos la "planicie" donde estaba


Avanzar tratando de no mojarse los pies era como jugar a una rayuela infinita.
 Mojarse con el viento que había era para congelarse en el acto


El suelo, bien de cerca


Y finalmente, en ese preciso lugar, el premio: años soñando con esta captura y la hicimos realidad!!!


El equipo que logró el objetivo


A 8km de aquí en esa dirección está el lago Cabral o Cardiel Chico, que con mucho esfuerzo parece posible

 
El cielo se puso oscuro por el oeste, presagio de nevada, así que pegamos la retirada


Jugando con el viento, casi que no te dejaba caer. Medimos ráfagas de hasta 80 km/h sobre un valor constante de 60 km/h


Pablito se había hinchado un poco y a Miguel no le daban las manos para atajar su sombrero


El abominable Pampa de las Nieves regresando a las chatas


Mauricio y Pablo tambien de regreso por el pedregal

                Como siempre ocurre, con el terreno ya conocido, el regreso fue relativamente sencillo, sólo que alguna que otra encajada. Inclusive la fiel Pampa 02, en simple y ocasionalmente usando el bloqueo trasero, prácticamente pudo salir sin ayuda de todo el tramo offroad hasta la 12 de Abril.

Faltaba ver una parte de la película en reversa, lo cual siempre es interesante. Muchas veces al no volver por el mismo recorrido, uno se pierde la otra perspectiva, que como verán en las fotos, no tenías desperdicio.

                Se había terminado la travesía, sólo faltaban apenas unos 2800 km para volver a casa para lo que disponíamos de dos días y de lo que quedaba de hoy. Pese a estar a no más de 20 km del lago San Martín lo tuvimos que sacrificar… Insaciables !!!

                Una vez en huellas y rutas transitables normalmente, le pusimos ritmo al regreso, y con una detención en Tres Lagos para cargar combustible, llegamos relativamente temprano a Comandante Piedrabuena, sobre la RN03, donde cenamos y nos alojamos perfectamente.


Bajando por el río Tar


Alguna encajadita para matizar


Vadeo del río Tar

 
Christian tratando de vaciar el centro de la llanta
 que juntó en la memorable encajada



Paisajes del regreso antes de la 12 de Abril, a cual mejor. Además en bajada y con las huellas previas, era más fácil


Pampa 02 en simple se la banca lo más bien (pero con bloqueo   jejejeje)


Ya en la huella, saliendo de la estancia 12 de Abril



Se asoman el lago Tar y el Kach Aike para despedirnos


Lago Tar en toda su extensión


Recorrido del día


Cargando nafta y Christian sigue sacando barro en Tres Lagos para no sufrir el desbalanceo


Atardecer en la ruta a Piedrabuena

SÁBADO 19 y DOMINGO 20

COMANDANTE PIEDRABUENA - SAN JULIÁN - COMODORO RIVADAVIA - SAN ANTONIO OESTE - GENERAL CONESA - RÍO COLORADO - BAHÍA BLANCA - FLORENCIO VARELA

                Para variar salimos de nuevo temprano ya con rumbo a casa. Para destacar que en San Julián me encontré con mi amigo Eduardo Lada para agradecerle los contactos de Gregores  y que al llegar a Comodoro, mi copiloto se enteró por teléfono de un problema familiar que lo obligó a tomarse un avión para llegar más rápido a Bs As.

Conseguir el pasaje y demás nos demoró un poco y  me obligó a manejar mucho más de lo esperado y entonces, en lugar de tratar de llevar a Bahía Blanca el sábado a la noche, paramos a dormir en General Conesa. Miguel y Mauricio igual siguieron solos a Bahía Blanca porque el cansancio se los permitía.


Con mi amigo eduardo lada en San Julián


Postales de los largos enlaces patagónicos

Curiosidades ruteras: un viejo surtidor en Gral Conesa y un ganso que atiende en el ACA de La Adela

                Al día siguiente, antes de mediodía estábamos en Bahía Blanca, donde Eduardo volvió a hacerse de su Chero I  y así, los dos en solitario, pudimos llegar a Buenos Aires al atardecer.

                Intensos nueve días en la Patagonia habían llegado a su fin.

                En nombre mío y de Pablo, que impulsamos la idea de este loco viaje, un enorme agradecimiento al grupo por confiar en nosotros. Estoy seguro que la pasaron muy bien y también estoy seguro que este viaje va a ser responsable de otro futuro viaje patagónico pronto ya que hemos descorrido el velo de una zona completamente desconocida que vale la pena seguir explorando.

Agradezco a los compañeros de viaje, que me facilitaron muchas de las fotos expuestas aquí y por supuesto los tracks de la travesía están disponibles en Viajeros Mapas gracias al enorme trabajo de Eduardo Cinícola.

                                            Hasta la próxima


 


Pampa
Marzo 2014

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