A SOMUNCURÁ POR LAS SIERRAS APAS

21 al 25 de mayo de 2010 – Fiestas del Bicentenario

LUNES 24: AHORA, A CRUZAR SOMUNCURÁ (De lo de Honorio a casa)

                Seguimos, con el tiempo transcurriendo a razón de 10 kilómetros por hora de promedio. Cuando en algún tramo se llega a andar a 20 km/h parece que uno vuela…

                La huella serpentea aparentemente sin explicación por entre las  piedras, pero en realidad la tiene: hilvana los muy pocos lugares donde algún asentamiento humano puede soportar las inclementes condiciones de frío y viento que generalmente reinan allí. No era el caso del día de hoy que estaba despejado y poco ventoso, aunque el termómetro nunca pasó de los 10°C.



Como verán, la meseta es crudamente hermosa

                Esos lugares que menciono no son más que unos cráteres a nivel de piso, de 50 o 60 metros de profundidad donde cuando llueve se junta un poco de agua. Mirando el Earth Google se puede ver que la meseta está tapizada de estas oquedades de alrededor de 1000/1500 metros de diámetro las más grandes.



Oquedades de la meseta = Escasos lugares habitables


La muy escasa cartelería de la meseta

                Se suceden el Puesto Giménez, el Puesto García, Puesto Cayupan y algunos otros sin nombre, todos en lugares inevitablemente parecidos, mientras las serranías próximas al Corona comienzan a acercarse, pero en vez de llegar al mediodía, resulta que lo haremos casi al atardecer. Cambio de planes en puerta.




Despacito, muy despacito nos fuimos arrimando al Corona

                Rodeamos el cerro Paramela por el sur y cuando estábamos próximos al desvío al Corona, que ya apreciamos en todo su esplendor paramos a “almorzar”. Son las seis de la tarde, en todo el día todavía no habíamos llegado a recorrer 100 km y no habíamos probado bocado desde la mañana, así que armamos una picada descomunal, con vista al Cerro Corona.

 
El Cerro Paramela se fue acercando y se engalanó con una simpática visera de nubes para saludarnos


Y finalmente el Cerro Corona ante nosotros, aunque distante

                En función del horario, decidimos dejar de lado la visita al Corona para otra oportunidad y cambiar de planes, bajando de la meseta por la “Subida del Naciente” con rumbo a Cona Niyeu. Los Pampas teníamos que regresar a Buenos Aires durante el martes y era prudente ya estar abajo, cerca de la RN 3, para comenzar el retorno con tiempo suficiente.


Nos alejamos del Corona y sus vecinos dejándolo para la próxima

                La Subida del Naciente es una pintoresca trepada (para nosotros bajada) que va buscando altura gradualmente por entre los “fiordos” que delimitan los bordes abruptos de la meseta. Lástima que se hizo de noche porque el paisaje parece muy bonito, al menos es lo que entrevimos con las últimas luces del día.



Las fotos no reflejan la belleza porque ya casi no había luz


Como no pudimos fotografiar los paisajes, la luna se hizo presente

                La bajada terminó en el denominado Rincón Grande, un gigantesco golfo en el sudoeste de la meseta, donde se destaca la Estancia Luján. Ya sobre un prolijo camino ripiado, nos encaminamos a Cona Niyeu donde descargamos los bidones de combustible a los tanques y nos reagrupamos en frente de la escuela.

                Allí los Carnotauros me sorprendieron regalándome un chaleco y una gorra carnotaura designándome de algún modo como miembro honorífico de este entrañable grupo de amigos. Les estoy muy agradecido por el gesto y espero estar a la altura de tan lindo grupo de gente.



La ceremonia del chaleco en el medio de la calle principal de Cona Niyeu

                La anécdota de esto fue que la idea la había tirado Federico Álvarez que se había preparado para entregarme su chaleco pero Gastón se la robó en su desesperación por saldar la deuda que tenia conmigo por el delivery de los neumáticos. Gastón no solo roba sueño con sus ronquidos, también las ideas…

                Dado que no era demasiado tarde y en Cona Niyeu no había un lugar decente para dormir y/o armar la carpa, decidimos seguir hasta Sierra Grande ya que aunque nos separaban unos 100 km, eran de buen camino ripiado.

                Eso hicimos y a las 22:35 estábamos en la Esso de Sierra Grande donde nos despedimos de este exitoso viaje en tan buena compañía, prometiendo repetirlo el año próximo. hay que volver a festejar el cumpleaños de de Don Montero... (= cualquier excusa es buena   jajajaja)


La vuelta completa de los 617 km Puerto Madryn - Sierra Grande


Perfil de alturas de toda la travesía

                Adrián y yo decidimos quedarnos a dormir directamente en la chata en la playa de camiones de la Esso y el resto seguiría hasta Puerto Madryn directamente. Nos cagamos de frío.

 

MARTES 24: LARGO REGRESO A CASA

                El día del Bicentenario nos  pusimos en marcha a las 5 de la mañana, ya que la idea era llegar lo más temprano posible a Buenos Aires, esquivando un poco la marea de regreso de turistas que como nosotros aprovecharon el fin de semana largo.

                Sin problemas, manejando dos horas cada uno, hicimos un excelente viaje de regreso manteniendo un promedio de marcha de 104 km/h y una media ,incluyendo paradas de 95 km/h, para los 1193 km del día. 


Registro del día y del viaje

ARGERICH

                Solamente nos detuvimos a cargar nafta en Bahía Blanca y en Azul, usando lo que quedaba en los bidones en puntos intermedios y nos desviamos para hacer el cambio de pilotos en, cuando no, una estación de ferrocarril de las tantas que hay al costado de la RN 22, ARGERICH, de modo de agregar una más a mi colección.


Imágenes de ARGERICH, la yapa

                A las 19:00 estábamos en Florencio Varela después de una travesía de cinco días excepcionales y después de 3 192.5 km.  Fue nuestra manera original de festejar el Bicentenario, conquistando las Sierras Apas.

                
 Muchas gracias Adrián por la excelente compañía, como siempre.

 

Pampa

Junio 2010

 

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