UNA CONFLUENCIA Y UNA FERROVIARIA IMPENSADA EN LA LÍNEA SUR RIONEGRINA

DIA 2: Recorriendo LA TROCHITA (Parte II)

Bimodal Ing. Jacobacci – Desvío Km 648 – Ojos de Agua – Mamuel Choique – Río Chico - Cerro Mesa – Increíble puente y túnel escondidos en la precordillera - Vadeo del Río Chico - Entramos al túnel - Por la vía hasta Chacay Huarruca – Vieja Ex-Ruta 40 – Pernocte El Maitén

                Continuamos nuestro derrotero por la Trochita. Con el apeadero Aguada Troncoso nos ocurrió lo mismo que con Futaruin, es decir que no la pudimos detectar; mas adelante se abrió ante nosotros el desconocido río Chico, que le da nombre al poblado siguiente, que a su vez es la estación Cerro Mesa.


RP 06 entre Mamuel Choique y Rio Chico

 
La ruta se acerca al río Chico, con bastante agua

RIO CHICO (ESTACIÓN CERRO MESA)

                Rio Chico está unos cuantos km de la RP 06, pero igual entramos, ya que este viaje no tenía tiempos ni metas prefijadas. Y bien que hicimos.


No estoy seguro pero posiblemente este sea cerro Mesa, que le da el nombre a la estación


Allá al fondo, el pueblo, que hasta tiene Estación de Servicio....

 
 
Calles invernales de Río Chico

                Río Chico es un pequeño pueblo rural alrededor de la estación pero parece tener vida propia además del ferrocarril. La estación  Cerro Mesa, de características constructivas simples, como todo este ramal tiene muchos desvíos y alberga gran cantidad de formaciones ferroviarias dispersas. Denota que era un nodo importante de la Trochita en su plenitud aunque ahora todo estaba desierto. Aprovechamos para subir a todos los vagones que pudimos para curiosear.



Vagones de todo tipo abandonados en la playa de maniobra de Cerro Mesa y un cambio de vías, que funcionaba perfecto

 
Moderna estación Cerro Mesa

     

Vagones amarillos......

 
Vagones rosa


Un tender típico de ferromodelismo

                Para volver a la RP 06 había que desandar unos cuantos kilómetros así que preguntamos por alternativas, que no existían en Mapear o Viajeros. Un operario de la compañía de electricidad quiso desanimarnos pero lejos nos envalentonó:

 - Hay una salida vadeando el río, pero está muy crecido y no van a poder…

 Además nos dijo:

 - Ya que están acá no dejen de visitar el puente y túnel ferroviario sobre el río,  posiblemente con sus chatas van poder acercarse por sobre las vías…

                No hizo falta nada más. En un abrir y cerrar de ojos estábamos frente al vado del río Chico: si bien lucía muy ancho y con bastante caudal no parecía tan difícil. Iríamos primero a investigar lo del puente y el túnel (que tal vez se podría usar para cruzar) y después probaría con los “waders” la profundidad antes de tirarnos a cruzar.

 

Aspecto del vado del río Chico

                Subimos al terraplén ferroviario que pasaba ahí al costado y entonces el Expreso Suzuki (con el vagón Toyota a la rastra…) empezó a recorrer las vías, con expectativas pero sin entender como en plena meseta habría un puente y un túnel que mereciesen visitarse. Apenas empezó el recorrido nos sorprendimos; de golpe las vías se metieron en zona “montañosa” cuando el entorno no lo indicaba, serpenteando cerca del río por cornisas y pequeñas “abras” evidentemente realizadas con voladuras de paredes rocosas. El río Chico se encajonaba, introduciéndose en un pequeño cañón; nunca pensamos que la Trochita, en esta zona se metería entre las “montañas” así que esperábamos ansiosos el puente y el túnel, que empezaban a cobrar sentido.

 
No teníamos tren a vapor pero las dos japonesas nos dejaban recorrer este encantador paisaje y lo compartimos



Ver estos paisajes desde el tren a vapor debe ser una sensación indescriptible


La Trochita bordea prolijamente la margen izquierda del río, buscando donde cruzarlo

 
El recorrido está tallado en la roca, seguramente a pico y pala

                Después de una curva a la derecha, aparecieron el puente y al final de éste la boca de un túnel. Al acercarnos comprobamos porqué nos habían sugerido visitarlos: el puente tiene una luz de 105 metros entre apoyos y está a uno 20 metros sobre el fondo el río y el túnel, a continuación tiene una longitud unos 150 metros y está cavado en curva. Dos maravillas escondidas que pudimos conocer por la casualidad de la sugerencia del operario de la distribuidora eléctrica de Río Chico.


Después de una curva a la derecha,

 
 

 aparecieron el puente y al final de éste, la boca de un túnel


Impresionante obra de ingeniería, escondida en un tajo de la meseta rionegrina

 
 
Lo mires por donde lo mires es sorprendente, sobre todo por su escondida ubicación

                Nos cansamos de recorrerlos y sacarles fotos al puente y al túnel. Desde ojos de ingeniero les aseguro que su construcción en ese lugar no debe haber sido nada fácil, ya que hoy introducir una grúa de gran porte para su montaje en este lugar es difícil de imaginar así que piensen lo que debió ser 70 u 80 años atrás, con métodos manuales. Su diseño, además es muy ingenioso para evitar perfilería muy pesada. Está todo remachado en caliente igual que la Torre Eiffel.  Más tarde, alguien en El Maitén nos revelaría el misterio de su construcción.

 
La tradicional picada de estos viajes

Mientras aprovechamos el espectacular escenario para la tradicional picada que suplanta el almuerzo, evaluamos si cruzábamos o no el puente con las chatas. Algunos lo recorrieron a pie para ver las factibilidad….

 

Para cruzarlo caminando no había que mirar para abajo

 
 
Pablo jugando en el túnel como un chico.....

 
El puente visto desde dentro el túnel

Lo que sigue es una dramatización de lo que tal vez ocurrió y cualquier parecido con algún personaje real es mera coincidencia….


Enfilando el Expreso Suzuki al puente.......

 
Bajando a ver cómo la embocamos.....

 
Todas las cámaras listas para el histórico momento....


Pablo explicando la peligrosa maniobra......


Pampa explicitando sus sensaciones desde la chata....


Momentos finales del cruce

 
Así quedé después del cruce, vean mi cara


 Las impresiones del Pampa, después del cruce


Ahora entrando al túnel....

 

Para finalmente salir del túnel.......

              Bueno como se imaginarán, el hipotético cruce sólo fue sólo una intencionada dramatización para darle un toque de suspenso al relato. Además del peligro que implicaba moverse con las ruedas de las chatas al filo de los durmientes mojados y con hielo, no hubiera sido responsable cruzar sin alguna autorización del ferrocarril debido a algún eventual tren que pudiera circular (poco probable pero posible), sino por algún eventual problema que nos deje atrancados al medio con un abismo de 20 metros debajo nuestro. Decididamente ni se nos ocurrió después de ver el panorama.  Además indudablemente no sólo nos hubieran negado la autorización sino que nos hubieran tomado por locos.

                Contentos como perro con dos colas con el "descubrimiento", dimos vuelta la formación, ahora liderada por la Toyota, y volvimos al vado, con la intención de cruzar el río y además visitar el otro extremo del puente.

  
 
Los paisajes del Río Chico desde el "trencito", ahora vistos yendo hacia Cerro Mesa

                 Al llegar la vadeo, me calcé los Waters y me metí en el río. La corriente era fuerte pero la profundidad no pasaba en promedio de los 50 centímetros. Se podía pasar y pasamos.

 
La Toyota ya había pasado, ahora era el turno de la Suzuki

 
Los dos cruces quedaron registrados

                Después de sortear el río Chico, multitud de huellas en la nieve se abrían ante nosotros y elegimos siempre la de la derecha con la idea de volver a encontrar las vías, que después de una serie de rodeos aparecieron denunciadas por los postes de la línea del telégrafo.

                Al llegar a las vías, obviamente offroad, otra vez nos encarrilamos y avanzamos rumbo al túnel, el cual encontramos a los pocos kilómetros. Entramos y aparecimos del otro lado del puente, pero casi sin lugar para girar en U: La Suzuki dio vuelta con esfuerzo pero la Toyota tuvo que hacer el túnel marcha atrás para salir. Lo habíamos “cruzado”.


Las vías, rumbo a la boca oeste del túnel


La boca oeste del túnel y lo que había adentro


Otra vista del prolijo túnel de hormigón y el puente visto desde la orilla oeste

                Envalentonados por la exitosa incursión ferroviaria “onrails”, decidimos ir en busca de Chacay Huarruca, la próxima estación o parada, circulando por las vías, sabedores que la RP 06 estaba lejos de donde nosotros y a su vez lejos de Chacay Huarruca. El paisaje y eventual offroad para sortear problemas del terraplén eran dulce para las moscas.

 
No es La trochita, pero...

                Avanzamos bastante sobre las vías hasta que en un punto los durmientes afloraron e hicieron molesto y peligroso andar por el filo del terraplén. Bajamos y anduvimos a veces por incipientes huellas y muchas veces offroad, siguiendo las vías por un buen trecho, divirtiéndonos entre la nieve, el barro y por supuesto disfrutando los increíbles rincones que atraviesa el trazado, que en gran parte de su desarrollo bordea el arroyo Chacay Huarruca.


En algunos lugares había que caminar para ver cómo seguíamos debido a los molestos durmientes


La huella que sigue a las vías desaparece con frecuencia

 
El arroyo Chacay Huarruca, que aguas arriba se pierde entre mallines, venía medio cargado

CHACAY HUARRUCA

                En un momento entramos a un campo alambrado y una profunda huella llena de nieve nos fue a arrimando a un puesto habitado cercano a Chacay, pero alejándonos de las vías. Consultamos a los puesteros que nos indicaron por donde era mejor arrimarse. Por supuesto que no entendían que hacíamos por esos lares buscando una estación (?) de un tren que casi no funciona. vaya a saber que pensaron de nosotros.......


Por tramos, la huella se escondía bajo la nieve

                 Pasamos al lado de un puesto evidentemente habitado (había un viejo Torino tirado por ahí) pero sin gente en ese momento y a lo lejos vimos algo que debía ser lo que buscábamos, pero se interponía un mallín. La tarde estaba cayendo así que apuramos la marcha para llegar con luz y poder fotografiar. Pudimos contornear el mallín superando un alambrado caído e hicimos nuestra entrada triunfal a  la estación (?) Chacay Huarruca, la cual en rigor debió ser un Apeadero, con posibilidad de recargar agua para las locomotoras de vapor a través de la clásica manga. El atardecer nos regaló la posibilidad de que las fotos sean artísticas y sino vean:


La "estación" Chacay Huarruca, al atardecer


Que voy a comentar de estas fotos de Chacay Huarruca: disfrútenlas !!!!!

                Lo curioso aquí son las construcciones hechas con durmientes, como si fueran gigantescos “ladrillos”, que después vimos repetidas en otros lugares del ramal. No sólo el “edificio” esta hecho con durmientes, sino también la torre que mantiene elevados los gigantescos tanques de agua rectangulares.

  
Todas las construcciones hechas con durmientes

                Nos tentó la posibilidad de acampar aquí, durmiendo adentro el edificio de durmientes: estaba cerrado con una atadura de alambre pero lo podíamos abrir y luego dejar como estaba. La aventura de dormir ahí nos entusiasmó frente a la posibilidad de tener que armar las carpas o seguir de noche hasta Ñorquinco o El Maitén.

                Para bien o para mal, decidimos ir a avisar a los puestos cercanos por las dudas. Al volver sobre nuestros pasos el puesto deshabitado tenía gente: dos mujeres con dos chicos habían llegado en un destartalado R12. Bajamos a pedirles permiso y/o avisarles que nos quedaríamos en Chacay a dormir, pero, cosa extraña, sólo una de las mujeres se acercó reticente a atendernos (los demás se metieron en el puesto) y se notó claramente que por alguna razón no le gustaba la idea que nos quedáramos por ahí. Posiblemente no estaba su alcance autorizarnos o bien temió de nosotros por ser dos mujeres solas (justo de nosotros….) o tal vez alguna reprimenda del patrón o de sus maridos, vaya a saber.

                Al ver la situación de incomodidad, decidimos no insistir y nos marchamos, no sin antes dejarle algunas golosinas para los chicos. Hay que respetar a esta gente aunque a veces uno se pierda una oportunidad como ésta.
Después supimos que si nos hubiésemos quedado sin avisar hubieran supuesto que era gente del ferrocarril y no hubiera pasado nada….

                Seguimos una huella al oeste que nos sacaría a la ex ruta 40, cerca del acceso a la próxima estación, Fitalancao, que ya no íbamos a visitar hoy. Acordamos seguir hasta Ñorquinco para dormir y en caso que no hubiera posibilidad (muy probable) seguiríamos a El Maitén que fue lo que finalmente hicimos.

 
Kilómetro 1291 de la Ex-Ruta 40, para mi amigo Federico Kirbus...

 
Un paso nivel nevado sobre la Ex-Ruta 40

 
Cruce a Fitalancao, Kilómetro 1300 de la Ex-Ruta 40


El recorrido del día en rojo y las vías de La trochita en amarillo, con sus estaciones

                Después de buscar por un buen rato, dimos con unas cabañas “Patagonia Express” dónde no sólo nos alojamos, sino que después de conversar un rato sus dueños nos ofrecieron su quincho para que podamos cenar tranquilos.

 
Don Eliseo Orrego, posando para nosotros, en su "Patagonia Express"

                Durante la cena, discutimos lo que haríamos el día siguiente y ganó la moción de ir por la 42°S 71°O, para cual saldríamos temprano. Lo que no sabíamos era que habíamos estado gestando el primer y único percance del viaje, pero se los contaré mañana.

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