TRAS EL FAIRCHILD FAU 571
DE LOS URUGUAYOS CAÍDOS EN LOS ANDES

12 al 17 de Marzo de 2009

                Todos a los que verdaderamente nos gusta el offroad tenemos viajes míticos entre los que queremos hacer alguna vez.

                El lugar donde cayó avión Fairchild de la Fuerza Aérea Uruguaya en la zona de El Sosneado, allá por el año 1972, estuvo siempre entre los lugares que alguna vez quise ir, no por el atractivo de andar trepando los Andes, lo cual se puede hacer en cualquier lugar de la cordillera, sino por el hecho de sentir un poco más de cerca la odisea que vivieron esos jóvenes rugbiers y de algún modo ser una minúscula parte de esa historia que escuchamos o leímos cuando éramos chicos (Yo apenas tenía 12 años, que viejo que estoy...)

                Si bien ha habido muchos viajes a lomo de mula y a caballo a la zona del accidente, no se registra aún, 37 años después, expedición alguna que lo haya logrado en algún vehículo motorizado, motivo más que suficiente para que muchos tengamos el oculto objetivo de lograrlo.

                En mi caso no tengo los medios mecánicos para intentarlo, la Vitarita es gaucha pero tiene sus límites, así que cuando recibí la invitación de participar de copiloto en la épica aventura de ir a ese lugar en Jeeps, no dudé un segundo en sumarme.

                Era obvio que las chances de lograrlo en un primer intento eran prácticamente nulas atento a los 37 años antes mencionados, pero como todo en la vida, para lograrlo hay que empezarlo y este viaje seguramente sería el primero de muchos, hasta que finalmente alguien lo consiga. Otros objetivos “imposibles” que hubo en el pasado terminaron siendo realidad.

                El grupo era prometedor: seis poderosos Jeep más siete motos de enduro con experimentados pilotos (bah.. casi todos). Toda la carne al asador estaba puesta y así se armó el viaje para el viaje del finde del 12 al 17 de marzo de 2009, época con el clima ideal para intentarlo: los ríos y arroyos no tienen mucho caudal y el clima aún es veraniego.

                Curiosamente, casi sin que ambos grupos lo supiéramos, hubo dos viajes paralelos con una semana de diferencia, el de los muchachos de Pasión 4x4 de Rosario y el nuestro. Salvando las distancias, rememoramos las expediciones al Polo Sur de Amundsen y Scott que ambos hicieron en forma casi contemporánea sin saberlo.

                Como Amundsen, nosotros lo hicimos después, pero “matando los cachorros” en lugar de sacrificar los perros, frase que sólo comprenderán los que participamos del viaje….

                De haber coincidido las expediciones hubiéramos aunado esfuerzos o bien de haber conocido los resultados de la primera, la segunda hubiera estado más cerca del objetivo. Con esto acabo de revelar el final, es decir que no llegamos al avión, pero lo hago con la intención de que sientan lo mismo que nosotros, es decir que teníamos toda la intención de intentar todo pero sabiendo de antemano que sería casi imposible.

                Seguramente sería el primero de muchos viajes futuros...

LA ORGANIZACIÓN MOTO-JEEPERA

                    Los viajes de los Jeeperos son diferentes de los que al menos yo estoy acostumbrado. Es un grupo compacto, divertido, donde por supuesto no faltan los roces y diferencias, pero como hace mucho que salen juntos tienen un fuerte espíritu de equipo y algunos temas muy aceitados, como por ejemplo el envío de los vehículos por medio de un mosquito.

El numeroso contingente estuvo formado por:

Mug y Hugo en Cherokee
Tico y Pampa en el Willys US Pelapoyo
Jorge Roca e hijo en Jeep
Morza y Tuco en Jeep
Pepe Comesaña y Eltizza en Jeep
Rómulo sólo en el Wrangler
Queralt y su banda de motoqueros

                 Parece fácil pensar algo así pero hay que aunar un montón de voluntades con mucha anticipación, organizar los pasajes en micro, dónde se cargan y se descargan los vehículos, pagar de antemano a riesgo de no poder ir, etc.  Es una excelente opción viajar de este modo, pero muy difícil de armar. Ellos lo hacen a menudo.

DIA 1