OTRO VIAJE AL LEJANO OESTE DE CHUBUT

LUGARES NO MUY FRECUENTADOS POR EL TURISMO MASIVO AL SUR DE ESQUEL

14 al 22 de Febrero de 2014

<< VENIMOS DE LAGO BAGGILT

LUNES 17  DE FEBRERO

LAGO BAGGILT – RÍO FRÍO – RÍO HIELO – RINCÓN DEL ACEITE – RÍO FRÍO

                Apenas salió el sol, con la luna llena aun en el horizonte, nos levantamos, desayunamos y desarmamos prontamente el campamento. Creo que a las 9:00 ya estábamos listos para salir, lo que se logró por el buen descanso en tan excelso lugar.

                Desandamos el camino hecho ayer, con la salvedad que al llegar a la mitad más o menos, donde estaba el colectivo abandonado, intentamos meternos por una huella muy secundaria, terciaria digamos, que había imaginado desde el Earth Google y que podría llevarnos directamente a la ruta a Corcovado bastante más al sur. Muchos menos km pero mucho más tiempo pero con la chance de investigar algo nuevo, como por ejemplo un posible acceso al lago Greda.

                El intento no duró mucho porque un mallín inundado a los pocos km nos frenó en seco. Se podía pasar pero a costa de renegar mucho y probablemente embarrarnos bastante. Al fin de cuentas estábamos de vacaciones familiares, así que primó la opinión de nuestras esposas. Estaría bueno para intentarlo en grupo.


Un lujo despertarse y tener este paisaje al abrir la carpa


Y ni hablar si al girar la vista tenés este otro. Otra que un Hotel 5 Estrellas!!!!


Algo más de la zona: mirando el tupido bosque por encima no se nota pero el suelo está
 cubierto por una gruesa capa de cenizas, seguramente provenientes del recordado Chaitén


Antaño en esta zona se habían animado a talar, a juzgar por los abandonados cargaderos de rollizos.
Probablemente tengamos el acceso debido a ello y por suerte parece que no prosperó


Esta es una de las dos tranqueras que hay que abrir y cerrar por el camino


Al regreso nos tomamos un minuto para ver que había dentro del colectivo, evidentemente devenido en refugio


El inicio de la huella fallida hacia el sur, que debía atravesar toda esa inmensa zona boscosa precordillerana


La serranía de los Barrancos, con su pico cónico de 2072 msnm, enmarcado por troncos quemados por algún incendio no muy reciente


La huella, cargada de postales, venía tenue pero linda hasta que...


....este "inofensivo" mallín nos frenó.
 Lo cateamos con un palo y sin dificultad se enterraba más de un metro sin esforzarnos.
Meternos ahí era para quedarse a vivir y recién empezábamos la enigmática huella


Al volvernos, descubrimos un puesto aparentemente abandonado pero en buenas condiciones: faltaban los Ingalls...


El regreso nos regaló grandiosos panoramas del valle del río Futaleufú

                Volvimos a la huella conocida y después de retomar la ruta internacional, al llegar al puente del río Corintos giramos hacia el sur por la RP17, en busca de la otra huella que nos debía llevar al Rincón del Aceite y a los enigmáticos puentes que nos mostró Raine en sus tentadoras fotos.

                Mientras disfrutábamos del tramo de enlace, a la altura de la estancia Río Frío, verificamos que la salida al track que abortamos era una tranquera con candado. No hubiera sido terrible pero algún dolorcito de  cabeza podríamos haber tenido…

                Me entró a dar vuelta en la cabeza si la huella al Rincón del Aceite no tendría el mismo problema, pero finalmente no fue así. La encontramos y si bien tenía muchas tranqueras cerradas era cuestión de abrirlas y dejarlas como estaban, moviéndose con el máximo cuidado para que nunca las cierren en forma definitiva. El dato de Raine había sido bueno.

                El puente de la foto sobre el río Frío se acercaba raudamente en los GPS cuando de pronto veo un auto más adelante. Aviso por radio a Guillermo que tenemos compañía en este ignoto camino mientras me acerco para sobrepasarlo.

                empiezo a distinguirlo: es color gris, es un Palio, es ... Raine!!!. Sorpresa total. ¿Qué hacía por acá? ¿Nos había encontrado de casualidad o nos había venido a buscar?

                Resulta que cuando le ofrecimos acompañarnos el día anterior y nos dijo que no podía, se me ocurrió pasarle el link del Spot para que nos siga virtualmente. Pero que pasó? Su extrema inquietud por viajar siempre pudo con ella y se consiguió un compañero para tratar de encontrarnos.  Vio que la noche anterior estuvimos en el Baggilt y dedujo que hoy vendríamos para acá. Y de casualidad nos encontró, ya que si nos hubiéramos adelantado unos minutos, nunca nos hubiera hallado. Un caso de escopeta la querida Raine, no quería dejarnos pisar primero a nosotros el puente del río Frío…

                Acompañado de dos poderosas chatas, el Palio venía sacando pecho de la corajuda Raine por un caminito que si bien no era muy malo, no era lo más apto para un coche estándar. Así las cosas, llegamos a la abrupta bajada al río Frío donde una huella en mejores condiciones que meses atrás le permitió al Palio llegar al puente que antes había visto de lejos, con la tranquilidad que le daban sus dos custodios mayores.

                El puente tiene una estructura metálica con tablones, no todos afirmados correctamente pero es muy estable. Sus barandas son dos alambrados de siete hilos que sólo dan contención imaginaria pero cruzarlo no es riesgoso. Los tres vehículos lo cruzamos y continuamos ahora por zona desconocida. Empezábamos a entrar al misterioso Rincón del Aceite.


El valle del río Frío se abrió frente a nosotros (Foto Raine Golab)


El río Frío empezó a asomarse, el puente de la foto que fue nuestra carnada no podía estar lejos....


Un par de tranqueras, una fuerte bajada y...


...un camino que sigue enfrente y por fin, el enigmático puente del río Frío !!!


Allá va el Pampa y se manda a cruzar (Foto Raine Golab)


Elcira al volante encara el puente con sus seguras barandas de alambre. Raine espera su turno


De arriba no tenía muy buen aspecto pero la estructura metálica era sólida


La que estaba realmente fea era la salida, pero no era peligrosa


Raine no estaba convencida pero quería cruzarlo y se vino a verlo con sus propios ojos


Mucho hablamos el puente pero no nos olvidemos del hermoso río Frío, con sus aguas súper cristalinas


Y como no podía ser de otro modo, Raine se animó y cruzó!!!. Como verán el tramo final no era muy lindo...


Finalmente ya estábamos todos del otro lado. Ahora a buscar el otro puente, el del río Hielo!!

                Ahí cerca el río Frío confluye al Río Hielo en una zona de abruptos cañadones y enseguida aparece otro puente, mucho mayor pero construido casi completamente con troncos, excepto sus pilares que son caños de desagüe de fibrocemento usados como encofrado. El aspecto era para desconfiar y encina la trocha para las ruedas apenas si daba para las chatas. Lo caminamos y vimos que en realidad era sólido y que el único cuidado era no bajarse de la trocha transversal y no enganchar alguno de los muchos clavos flojos.

                Lamentablemente había que pasarlo con mucho cuidado y hacerlo con el Palio hubiera sido exponerlo demasiado, así que con todo el dolor del mundo nos despedimos de Raine y su amigo, le agradecimos su fugaz y amable visita sorpresa y nos aprestamos a cruzarlo, mientras ellos sacaban sus cañas de pescar y se quedaban allí. Les dijimos que si pescaban podían dejarnos las truchas para el regreso…

                Nuestro plan era acampar en el Rincón del Aceite por lo que no les propusimos que nos esperen.

                El cruce fue divertido para evitar caerse de las guías longitudinales que encima estaban recién hechas con troncos y atadas con alambres. Guillermo  tuvo menos dificultades por ser su trocha más ancha pero a mí me costó bastante mantener el equilibrio.


Meandro del río Hielo antes de juntarse con el río Frío. No sabe eligir sitio el de la estancia...


Escondido entre los sauces, apareció un largo y aparentemente precario puente de troncos


Antes de intentar pasar ameritaba una inspección a pie para ver el estado


Lo estaban restaurando y por la dudas lo recorrí todo para evitar sorpresas. No era para acuatizar desde ahí arriba


Despues que yo me animé los demás también se animaron a pisarlo. Elcira no estaba muy convencida....


Parecía todo OK pero mejor mirar la estructura un poco más de cerca, el río es muy ancho y caudaloso....


Se la veía sólida pero de una construcción muy rara: las columnas estaban hechas de caños de fibrocemento
usados como encofrado lo cual no parece una mala idea pero daba como cosita a ojos de ingeniero...



Desde arriba no parecía pero las vigas o superestructura eran gruesos troncos de lengas,
seguramente extraídos de la vieja y cuestionada explotación maderera del Rincón del Aceite


El atractivo del puente no nos debe hacer olvidar la belleza del río, acá aguas abajo del puente


Acá aguas arriba del puente, un derroche de transparencia


Como casi siempre en vados y puentes , me toca hacer punta, así que ahí va la Pampa 02


Medio complicado embocarle a la trocha. No la hicieron para Vitaras...(Foto Raine Golab)


Con la prolija guiada de Guillermo al final la pude llevar arriba de la troncos longitudinales y evitar clavos y maderas flojas


El turno de Guillermo, a quien la trocha le calzaba mejor; estaba hecha para Toyotas...(Foto Raine Golab)


Ahora a Guillermo me tocó guiarlo a mí


Aunque no sé porqué después me cambió por un perro....

                Cruzado el río Hielo, ahora nos quedaban unos 20 km de huella por descubrir. En partes bordeando el río, en partes bastante alejados, el camino, en buen estado, nos fue metiendo dentro de bosque nativo, enhebrando algunas estancias interesantes, sobre todo la última, donde el camino se hace huella abandonada después de una tranquerita de alambre medio escondida.

                Sin dudar la abrimos y una fuerte trepada nos puso dentro de una explotación maderera abandonada aparentemente hace mucho tiempo. Pese a estar claramente sin uso, la huella estaba en general en buen estado y nos introducía cada vez más en el bosque nativo. En realidad se notaba que había sido talado no por su aspecto general sino por comparación con algunas islas que había sobrevivido a la tala. Un cartel tirado en el piso nos informó que estábamos dentro de la concesión forestal Rincón del Aceite, a cargo de la compañía Forestal de Epuyén.

                Según pude averiguar  el Rincón del Aceite  se concesionó para explotación forestal en el siglo pasado y según especialistas en medio ambiente provocó el desastre ecológico mas grande de la Patagonia con  miles de lengas muertas en pie y una deforestación impresionante. Por ahí he visto en Internet registros de  guías de transporte de rollizos de lenga del año 2001, uno de los últimos años que parece haberse explotado. Cuenta la leyenda que a esta zona no se podía entrar por estos caminos que ahora recorremos porque había guardias armados de la misma explotación forestal que no querían que se supiese la magnitud de lo que estaban haciendo. Algunos ambientalistas llegaron a asomarse entrando desde chile para denunciar lo que allí pasaba.

                La realidad actual es que la naturaleza está tomando el control de la situación nuevamente y todo se ve muy verde y con una gran fuerza, aunque claro está no hay muchos árboles de gran porte como los de las vigas del puente, sino por el contrario abundan pujantes retoños y cañaverales que seguramente ocultan los tocones que deben haber quedado como mudos testigos de la masacre.

                La huella continuó serpenteante de acuerdo al dibujo que había extraído de Earth Google por paisajes realmente muy bonitos aunque alejados del río. No parecía por el momento que encontraríamos buenos lugares para acampar excepto que apareciese una inesperada bajada al río.

                Seguimos casi hasta donde mi dibujo daba, donde una multitud de huellas que sin duda eran exclusivas para acarrear troncos nos indicó que no valía la pena seguir más hacia el oeste. Sin embargo una huella lateral parecía conducir al río y la tomamos.

                Una bajada violenta confirmó la presunción y nos acercamos a un cañadón que parecía depositarnos en el río mismo. Bueno, nos hubiera depositado en el río si llegábamos a caer por un acantilado de unos 30 metros que se presento de repente. El río Hielo encajonado entre dos profundas paredes verticales corría furioso entre las rocas brindado un espectáculo excepcional pero a su vez nos decía que no íbamos a poder acercarnos a sus márgenes y menos para acampar. El sitio donde estábamos es justamente  el recodo que se ve claramente en los mapas donde el río quiebra hacia el norte; lástima que la luz solar a contraluz no nos dejó tomar mejores fotos de este rincón increíble.

                Satisfechos de la investigación, decidimos volver mirando atentamente dónde podríamos hacer otro lindo campamento cordillerano. La cuestión que por una cosa o por otra, básicamente al no encontrar un curso de agua cercano, terminamos desandando todo el camino hasta los puentes sin conformarnos con ningún lugar de acampe.

            Obviamente Raine ya no estaba y tampoco nos había dejado las truchas para la cena. Al final nos falló....


Río Hielo aguas arriba del puente


Otra del Río Hielo aguas arriba del puente un poco más adelante


El camino, bordeando en parte el río, se comenzó a transformar en huella poco transitada


Y más adelante en una huella no transitada cuando empezamos a ganar altura rumbo al Aceite


A medida que ganábamos altura, nos regalaba fabulosas postales del valle del Río hielo


La huella estaba plagada de tranqueras que había que abrir y cerrar a cada rato


El aspecto de los terrenos que atravesamos denota tala desmesurada de pocos años de antigüedad


En otros lugares no parece tan reciente por la altura de los retoños, que vuelven con fuerza


La huella, buena pero abandonada, nos lleva a la entrada de El Aceite: un cartel tumbado nos avisa que estamos entrando

 
Una especie de arco de bienvenida nos recibe. Quién sabe cuanto hace que nadie anda por aquí...


Aunque en el pasado evidentemente alguien anduvo, con hacha y motosierra. Una pena la bruta deforestación

 
Árboles muy grandes no se ven cuando entramos a un retazo de bosque que se salvó del desastre


El bosque nativo es bellísimo pero sigue sin haber árboles de gran porte. Son todos llamativamente jóvenes

 
La huella empieza a ser tortuosa, con piedras y carcomida por las lluvias pero aparece algo brillante entre las lengas. ¿Qué será?


Es una pequeña laguna. Un poco de zoom revela el aspecto raro de su superficie, como si fuera aceite.
¿Será la que le da el nombre a zona? Todo indica que sí (y si no es una ingeniosa explicación que nos conforma)


Cuanto más avanzábamos se ponía más lindo y difícil pero nada nos detenía...


Ni siquiera esta pequeña piedrita...

v
Pero algo finalmente nos detuvo...


Ya pueden ir imaginando que fue...


Un profundísimo cañón alojando el ahora torrentoso Alto Río Hielo!!. Game Over para este caminito



El lugar es increíble e inaccesible. Lástima que la hora y el sol no nos favorecieron para las fotos


Igual nos ingeniamos para que las chicas salgan lindas...


El regreso nos regaló una hermosa perspectiva del puente del Río Hielo que no habíamos visto a ida


Lo misma que al anterior pero con un poco de zoom

                Finalmente, con los últimos rayos de luz nos detuvimos a la vera del puente del río Frío y acampamos allí. El lugar no era el mejor pero enseguida la tenue oscuridad y la paz del lugar lo convirtieron en el mejor. Segundo campamento consecutivo del viaje.

                Hasta el río Frío no era tan frío y nos pudimos dar un rápido baño para sacarnos la tierra de encima. El único ruido molesto eran las aguas del río corriendo, algo intolerable.

                La cena esta vez fueron unos fideos de sobre con salsa deshidratada que, con el hambre que teníamos (no habíamos almorzado sin darnos cuenta) resultaron exquisitos.

                Se nubló y bajó un poco la temperatura y más tarde sopló algo de viento del oeste, pero dormimos como angelitos.



Campamento en el Río Frío, todavía de día


Hermosa foto de un Martín Pescador en la baranda del puente, capturado por Guillermo


Vista del lugar de acampe junto al puente


El río Frío, cerca de la confluencia con el río Hielo. El abrupto cañadón donde se juntan no nos dejó asomarnos


Campamento al anochecer


El anochecer cordillerano

Buenas noches

LO DEL PAMPA VAMOS A RIO PICO  >>