LOS MONJES SILENSES EN MEXICO Y LA ARGENTINA
El Diario del P. Manuel Mahave (1914-1918)

P. Abad Martín de Elizalde

Presentación

"No hay duda que lo primero que ocurre preguntar al contemplar una obra cualquiera (es) como comenzó, cual fué su principio". Así comienza un texto escrito en sus últimos años de vida por el P. Fermín de Melchor, fundador y primer Superior del monasterio de San Benito de Buenos Aires, y en el cual se propone "contar con verdad y exactitud" los sucesos relacionados con el origen de ese monasterio. Desgraciadamente, la memoria iniciada quedó en intento, pues apenas cubre, en cuatro diferentes redacciones que repiten la misma materia, 5 carillas de cuaderno (1). Por su parte, y sin preocupaciones apologéticas, otro de los fundadores, el P. Manuel Mahave, también dejó una crónica rápida y breve desde su partida de México hasta la instalación de la incipiente comunidad en Buenos Aires, tras el año y meses que pasaron en Bellocq (1914-1916). Sus apuntes contienen dos partes o secciones, una, el diario propiamente dicho, otra, la transcripción resumida de las noticias que recibía de México y de España.

Nuestro propósito al publicar el diario del P. Manuel, es ofrecer una fuente para la historia de la implantación benedictina en la Argentina. Utilizando los escritos de ambos fundadores, resumiremos primero los sucesos ocurridos en el país azteca, antes de emprender la fundación argentina, y a continuación, el desarrollo de esta, hasta su instalación en Buenos Aires. A1 fin, se encontrará transcrito el diario del P. Manuel (2).

De México a Buenos Aires (3)

Como lo refiere él mismo (4), el P. Fermín de Melchor se embarcó el 3 de setiembre de 1909 en Santurce, en el vapor Albingia, con destino a México. Con él viajaban el P. Antolín Pablos Villanueva (5) y el Hno. Miguel Antón (6). Desembarcaron en Veracruz el 23 de setiembre, y pasaron a la ciudad de México, donde se incorporaron a la comunidad de San Juan de Dios, templo que desde setiembre de 1902 atendían los monjes de Silos. Era Superior el P. Pedro Palacios (7), llegado al país en 1901 con el P. Hermenegildo Nebreda (8), instalándose primero en San Luis Potosí, donde era obispo Mons. Ignacio Montes de Oca, quien fuera el inspirador de la fundación silense. Pero como queda dicho, el 2 de setiembre del año siguiente, ya se encontraban estos primeros monjes de la fundación de Silos en la capital de la República, en San Juan de Dios. La razón de la llegada, según el P. Fermín de Melchor, era la siguiente: "El Abad de Silos, Dom Guépin, en plena restauración de aquel monasterio, se halló en necesidad de recoger medios de subsistir y desarrollar la comunidad y oblatorio de niños, y no (los) hallaba en España. En uno de sus viajes a Francia, se encontró con un misionero que había estado en México, y le animó a que destinase unos cuantos a aquellas tierras a misionar, y encontraría lo que necesitaba" (9).

El primer destino del P. Fermín fue en Temascalillos, Tulancingo, donde estuvieron los monjes tres meses escasos (de octubre a diciembre de 1909), y en enero de 1910 se instalaron en Saltillo (Coahuila), cuyo obispo, Mons. Jesús María Echevarría, los acogió en su diócesis y les confió el cuidado de la vieja capilla de Nuestra Sra. de Guadalupe de esa localidad. El P. Fermín fue designado Superior - en su relación escrita acota éste: "Nunca debió el tal ser superior, de donde le vino el mal que diré" (19) - , y componían la comunidad cuatro monjes sacerdotes y dos hermanos conversos, uno de ellos el Hno. Miguel Antón. El espíritu emprendedor del P. Fermín y la actividad de los monjes los impulsaron a reedificar la iglesia que les había sido confiada, gracias a la ayuda de un rico matrimonio, D. Enrique Mas y su esposa Da. Trinidad, con los planos del Ing. Enrique Guindón. El templo resultó magnífico, pero fue causa de disidio con el Obispo. El P. Fermín se achaca a sí mismo la culpa: "Confieso que me desmandé, no debía mostrar deseos de poseer como cosa propia, sino haberlo dejado al arbitrio del Sr. -Obispo, que era el único que debía disponer como se habían de ejecutar esos planos, y no haber introducido mi modo de pensar (ignorancia ...) , y se enojó conmigo; luego reconocí la falta y entramos en buenas relaciones, pero era después de resistir a la obediencia que me expulsaron de allí" (11).

El P. Fermín regresó a España; se embarcó en Veracruz en el Espagne, expulsado, como él dice, y llegó a Silos a principios de 1913. Los superiores del monasterio - el abad, Dom Ildefonso Guépin, estaba muy disminuido y prácticamente no gobernaba ya (12) - decidieron enviarlo nuevamente a América para buscar un sitio donde fundar, en las Antillas, Puerto Rico o Cuba, y llegando, si se atrevía hasta la Argentina. Llegó a La Habana el 9 0 10 de enero de 1914, y allí permaneció hasta el 16 de junio, en que salió de la capital cubana para Nueva York, al no haber tenido éxito en su búsqueda por la isla ni en las de Puerto Rico y Santo Domingo. Desde Nueva York se embarcó en el Yestris el 29 de junio de 1914, con destino a Buenos Aires, adonde arribó el 21 de julio siguiente. Esperaba encontrar allí un sobrino suyo, pero este había regresado a España poco antes, y se halló solo y sin recursos en la capital argentina. Se presentó entonces en la Curia. El arzobispo de Buenos Aires, Moras. Mariano Espinosa, le desaconsejó permanecer en la ciudad, y le sugirió que visitase al Obispo de La Plata, Moras. Juan Nepomuceno Terrero, quien podía tener algo para ofrecerle en su vasta diócesis. El P. Fermín se alojó con los Padres Franciscanos durante su residencia en Buenos Aires. Pero comenzó entonces a ejercer el ministerio sacerdotal en la ciudad de Zárate, a 100 lcms. al norte de la capital.

Fundación en Bellocq

Fueron los monjes de Niño Dios, Victoria (Entre Ríos), quienes señalaron al P. Fermín que una señora conocida de ellos, Da. María Larramendi de Bellocq, deseaba donar una capilla, casa y tierras de su estancia Santa María, en la Estación Bellocq, Partido de Carlos Casares, en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires, para que se estableciera en ella una comunidad religiosa. Las cosas marcharon rápidamente, y el Capítulo conventual de Silos, en su reunión del 21 de noviembre de 1914, consideró el ofrecimiento, que fue aceptado, con voto favorable de los capitulares, el siguiente día 23. De acuerdo con lo expuesto en dicha sesión del Capítulo, la señora de Bellocq ofrecía dos hectáreas frente a la estación de ferrocarril, con la iglesia, residencia monacal y otro edificio para escuela; cien hectáreas de campo, cercanas a la estación; la suma mensual de 500 pesos, durante dos años, para los gastos de la fundación; seis mil pesetas para sufragar los pasajes de seis monjes, que, desde México y España, debían ser enviados a la nueva casa.. La donación se haría en forma de compraventa, sin cargo alguno para el monasterio de Silos. Por su parte, los monjes se comprometían a celebrar una misa cada mes por Don Juan Bellocq, difunto esposo de la bienhechora, y demás miembros fallecidos de su familia, y a educar gratuitamente en la escuela a los hijos de sus empleados y de los campesinos de la zona.

La decisión capitular fue comunicada rápidamente al P. Fermín, y este pudo tomar posesión del nuevo monasterio el 8 de diciembre de 1914, siendo su único monje, a la espera de los que debían llegar para acompañarlo. En ese año, como vemos en el Diario del P. Mahave, la situación de los religiosos en México se había vuelto aún más precaria, con una aplicación más estricta de las leyes anticlericales. Los monjes que se encontraban en el país fueron expulsados de las casas donde residían y sus bienes confiscados, de modo que no había garantías para ellos. Esta circunstancia hacía deseable iniciar una fundación en otro país de América, donde fuera posible desarrollar la vida monástica. Se comprende entonces la determinación capitular, tomada en tan poco tiempo, y el envío de algunos monjes, de entre los expulsados de México y de los residentes en Silos, para la nueva casa. Fueron designados para formar la comunidad los siguientes: PP. Nicolás Rubín (13) y Manuel Mahave, ambos riojanos, y que, expulsados de México, se encontraban en los Estados Unidos; los Hnos. Miguel Antón y Blas Rey Rojo, del mismo pueblos los dos, Hacinas (Burgos), que estaban en España, expulsados también de México; y el P. Eleuterio González (14) y Fr. Andrés Azcárate (15), joven clérigo de menores, que debían viajar desde el monasterio de Silos. En los primeros meses de 1915 fueron llegando a Buenos Aires los componentes de la nueva comunidad. Los PP. Rubín y Mahave embarcaron en Nueva York el 6 de febrero, en el Yerdi, y llegaron a nuestro puerto el 3 de marzo. Los Hnos. Miguel y Blas, que habían llegado a Silos a mediados de febrero, salieron del puerto de Vigo el 25 de marzo siguiente en el Reina Victoria. Los dos restantes, el P. Eleuterio y Fr. Andrés, se embarcaron en Cádiz en el Infanta Isabel el 7 de febrero, y llegaron a Buenos Aires el 24 o 25 de febrero siguiente.

La experiencia monástica de Santa María de Bellocq

Entre marzo y abril de 1915 quedó completa la comunidad (16). Eran siete los monjes residentes en Bellocq: el Superior, P. Fermín de Melchor, los Padres Eleuterio González, Nicolás Rubín y Manuel Mahave, el clérigo de órdenes menores Andrés Azcárate y los hermanos conversos Blas Rey y Miguel Antón. La señora de Bellocq les había dado algunos animales y herramientas, además del ajuar de la capilla, traído de Europa, pero a pesar de la generosidad de la fimdadora;-estos monjes extranjeros no pudieron adaptarse rápidamente ni en forma pareja a un medio tan diferente del suyo, Castilla, y de México, donde varios de los monjes se habían ejercitado últimamente en las tareas pastorales. Las características de la vida diaria en Santa María de Bellocq resultan con toda claridad del diario del P. Manuel Mahave. Por su parte, el Hno. Maximiano recogió de sus cohermanos una impresión de esfuerzo exigente en el trabajo rural, escasez de recursos en el alejamiento de toda sociedad y en condiciones desacostumbradas para ellos, que fueron minando la voluntad de arraigarse en ese lugar rústico y solitario. Un comentario del joven Fray Andrés Azcárate, que recoge el Hno. Maximiano, es significativo: "Como digo - escribe - no sé en que estado se hallaría todo esto, ni su verdadero aspecto, pero sea por el cambio o al contemplar la soledad del campo, parece que el P. Andrés, joven entonces de 21 años, exclamó al bajar del tren: 'Pero; Dios mío, ¿adónde nos han traído?' ... frase, que naturalmente parece extrañó al P. Fermín, fundador, que sin duda creía él los traía a la isla de Jauja" (17).

En estas disposiciones comenzaron su residencia y trabajó en Santa María. Prosigue el Hno. Maximiano refiriendo lo que había oído de los fundadores: "Alguna desorientación y desilusión debieron sufrir, quien más, quien menos, al comenzar este nuevo género de vida. El contraste de las grandes ciudades: México, Nueva Orléans, Buenos Aires, Nueva York, con la soledad de la Pampa argentina, impresionó no poco el ánimo de varios. Con todo, comenzó, y se dieron de lleno a su nueva vida ... de campo, pues del campo había que vivir. La Sra. María de Bellocq les daría por cierto tiempo creo unos 200 $ mensuales (18), algo así como para gastos de los aperos, máquinas y semillas... Todos, más o menos, después de las obligaciones religiosas, se daban a las faenas del campo: roturar con grandes arados, siembra del maíz, etc., y en la parte más cercana a la casa, creo, se preparó una quinta o huerta, en la que sembraron semillas de melones y calabazas traídas de Silos por los dos HH. que por allí pasaron antes de embarcar. Tengo entendido que ellas nacieron y fructificaron a la perfección, desarrollándose tanto, que los chacareros vecinos se hacían cruces de su gigantesco tamaño. El maíz también, dicen, prosperó muy bien y las primeras partidas de dicho cereal se vendió enseguida, pero a precio irrisorio para estos tiempos, pues valía 1.50 o 2.00 $ por bolsa. Esto en cuanto al campo" (19)

Además de las tareas rurales, el mejoramiento de las condiciones de vida, la enseñanza en la escuelita y las misiones en el campo, . así como las celebraciones sacramentales para el vecindario, llenaban su jornada. Pero la experiencia no debía durar demasiado: ya el 19 de diciembre de 1915, un año después de la toma de posesión de la propiedad por el superior, P. Fermín, el Hno. Blas Rey abandonaba la comunidad y dejaba la vida monástica. Debieron existir algunas dificultades con la administración de la familia Bellocq, y el P. Fermín lo comunicó personalmente a Doña María, en una entrevista que el Hno. Maximiano califica de "muy agria ..., un trago amargo para todos, para los fundadores y para los donantes" (20). El P. Superior dispuso abandonar la propiedad, y fueron el P. Manuel Mahave y el Hno. Miguel Antón los últimos en retirarse, el 12 de julio de 1916, para reunirse con los demás cohermanos en una casa alquilada, calle Colpayo, en el barrio de Caballito, en la Capital. De esta manera concluyó la primera etapa de la implantación silense en la Argentina, y comenzaron los años de búsqueda y de esfuerzos para instalarse en la ciudad de Buenos Aires.

Los comienzos en Buenos Aires

El diario del P. Manuel se detiene poco después, pero la crónica del Hno. Maximiano se prolonga, y nos va a permitir resumir lo sucedido en los años siguientes. Vivían los monjes en casa alquilada - la mencionada, de la calle Colpayo -, y acudían a la iglesia del Santísimo Sacramento, San Martín 1039, donde los Padres Sacramentinos los ayudaron con afecto fraternal, después de haberlos hospedado durante un tiempo. El 15 de agosto de 1916 participaron en las ceremonias de la dedicación del magnífico templo, donado por la Sra. Mercedes Castellanos de Anchorena, y el 25 de setiembre siguiente se trasladaron a otra casa alquilada, Díaz Vélez 4091, que era propiedad de la Sra. de Anchorena. Atendían la capellanía de las religiosas dé la Compañía de Santa Teresa de Jesús, y se ocupaban con diversos ministerios, hasta que el 1° de marzo de 1918 se hicieron cargo de la Parroquia Santa Ana, en Villa del Parque, en la propiedad de las Hermanas de la Virgen Niña, la que entregaron, ya formada, a la Curia en 1924. Hicieron entonces los primeros contactos con muchos de los amigos y bienhechores que colaborarían en la construcción del futuro monasterio y en la irradiación espiritual y cultural de la comunidad: Don Bernardo Meyer Pellegrini, y su esposa Da. Matilde Mesquita - que promovió la formación de la Comisión que hizo efectiva la compra del solar de Villanueva y Maure , conocidos por medio del P. Román Heitmann AA, el apóstol del Bajo Belgrano; Don Matías Errázuriz, embajador de Chile en Buenos Aires; Don Domingo González, que donó el lienzo de San Benito que se encontraba en la capilla de Olleros hasta su demolición, y hoy preside el gran salón de actos del antiguo monasterio, Villanueva 929; el doctor Emilio Lamarca, distinguido dirigente católico, ya anciano y ciego, en cuyo oratorio privado celebraba como capellán el P. Eleuterio (21). En casa de la familia Lamarca conoció a los benedictinos en busca de su monasterio, la Srta. Mercedes de Guerrico, que donó años después la capilla del Santo Cristo y la dotó con magníficos ornamentos y demás elementos para el culto. En setiembre de 1918, el nuevo abad de Silos, D. Luciano Serrano, llamó al P. Andrés Azcárate, poco antes ordenado sacerdote, para que le informara acerca de la marcha de la fundación, pues se dudaba de su viabilidad. Pero sus referencias convencieron al P. Abad que la obra debía continuarse, y mandó de regreso a Buenos Aires al P. Andrés, con el título de Prior, llegando el 27 de enero de 1919. Poco después la comunidad se trasladó (siempre en 1919) a Olleios 2342, en Belgrano, a una casa cedida por D. Adolfo Tornquist, futuro sacerdote salesiano, y en 1920 se adquirió el primero dé los lotes del predio de Villanueva y Maure, donde se daría finalmente el arraigo y el desarrollo de la comunidad (22). Allí se construyó, bajo la dirección del P. Eleuterio, el monasterio, colocándose la piedra fundamental el 5 de octubre de 1920 con la presencia del P. Abad de Silos, D. Luciano Serrano, de visita en Buenos Aires. La capilla del Santo Cristo -proyectada como una parte que debía integrar la futura iglesia abacial, y que se usaría provisoriamente para los oficios litúrgicos de los monjes y la atención espiritual de los fieles - fue inaugurada y bendecida el 22 de diciembre de 1925. El 1 de enero de 1929 se hizo efectiva la creación de la parroquia de San Benito Abad, confiada a la comunidad benedictina, a cuyos cuidados se mantuvo hasta 1972, en que pasó a ser atendida por el clero de la arquidiócesis. En esos años fue creciendo el número de monjes con los que iban llegando de España: el P. Clemente Martínez y el Hno. Maximiano Carazo, en 1921; después, ya en el nuevo edificio de Villanueva los PP. Isaías Barbadillo, organista, fallecido prematuramente en 1930, Julián Alameda, escritor de valor, que regresó en 1938 a Silos, Lorenzo Molinero, segundo abad (1963-1971), Pablo Gutiérrez, durante muchísimos años a cargo de la parroquia, y Bruno Avila, autor y conferencista renombrado, difusor de la espiritualidad benedictina y maestro de varias generaciones de novicios y juniores. Entretanto, el monasterio había sido elevado a la categoría de priorato simple, y su primer Prior fue el P. Andrés Azcárate, desde el 29 de junio de 1926. En 1927 asumió el oficio de Prior el P. Fermín de Melchor, hasta que se erigió el Priorato conventual el 29 de marzo de 1938, y fue designado Prior nuevamente el P. Azcárate, luego primer abad en 1950.

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TEXTO
El Diario del P. Manuel Mahave

Introducción

El autor de este diario, Padre Manuel Mahave, era natural de Hervías, cerca de Cañas, en la Rioja española, que fue la patria de Santo Domingo de Silos. Nació el 2 de julio de 1882, y falleció en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1956. Fue primero seminarista, cursando las humanidades y la filosofia en el Seminario de Vitoria (Álava). Ingresó en la abadía de Silos, y profesó el 21 de setiembre de 1901, siendo ordenado sacerdote el 15 de junio de 1907. En México desde 1912, fue expulsado en 1914 y enviado después a la Argentina, como relata en su diario. En el monasterio de Buenos Aires se distinguió por su piedad y virtudes, siendo muy apreciado por todos, en la comunidad y fuera de ella. Fue maestro de novicios, con doctrina sólida y discernimiento espiritual, y asistió en diversas actividades apostólicas, especialmente con las religiosas y con los enfermos (23). El Hno. Maximiano relata una anécdota curiosa: el P. Manuel colaboraba en las tareas que desarrollaban los Padres Asuncionistas en la nueva parroquia 'de Nuestra Señora de las Mercedes, en el Bajo Belgrano, hacia 1918 y 1919, y así conoció las Barrancas de Belgrano, por donde pasaba todos los días, siendo él quien sugirió ese lugar para el emplazamiento definitivo de la fundación (24)

En una agenda de bolsillo escribió el P. Manuel Mahave las impresiones de su salida de México, su estadía en Nueva Orléans y su viaje a la Argentina, así como los primeros tiempos transcurridos en nuestro país. La agenda contiene igualmente direcciones de España y de la Argentina, noticias resumidas de su familia, del monasterio de Silos y también de la Orden benedictina, sin continuidad. Mide el cuadernillo 13 x 8 cm., encuadernado en cuero rojo, flexible, y tiene 160 páginas sin numerar.

Comenzamos reproduciendo su texto a partir de la p. 79, donde empieza el relato del viaje del P. Manuel, desde Veracruz a Nueva Orléans, el 20 de agosto de 1914, concluyendo en la p. 108, el 25 de setiembre de 1916, con la mudanza de la incipiente comunidad a la calle Díaz Vélez. En ese lapso, después de un tiempo en el monasterio de Saint Joseph, Louisiana, el P. Manuel se unió a sus -compañeros procedentes de México y de Silos, para establecerse en Bellocq, que abandonaron al fin en julio de 1916. Hasta el final, p. 114, fechada en abril de 1918, siguen más noticias de la pequeña familia benedictina de Almagro y se transcriben otras, de Silos y de la Orden, así como sucedidos de Buenos Aires.

Después, en la segunda parte, transcribimos las noticias de México, llegadas por carta para él y sus compañeros, de los monjes que quedaron en aquella república o estaban exiliados en Cuba y los Estados Unidos. Ellas ocupan las p. 24 a 28 y 35 a 36.

Primera parte: De México a Buenos Aires

Nueva Orléans y la abadía de St Josepb, Louisiana

/p.79/ 1914 ... 20 Agosto 1914. Abandono definitivamente la República Mexicana, embarcando en Veracruz <en el> vapor México, con los PP. Venancio, Mariano, Nicolás y Carlos (25). Viaje sin novedad; trabamos amistad con el capitán Sr. Bilbao, bilbaíno como toda la tripulación.

Van con nosotros algunos Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de Maria, el Presidente de México, Carvajal, y varios generales. 23 A osto, domingo. Desembarcamos en Galveston, a las 10 a.m., de allí a la estación, para tomar tren a N. Orleans. Ignoramos la lengua, y si hay iglesias católicas. Imposible oír misa. Un suizo que habla perfectísimamente el francés, nos arregla el viaje, después de mucho trabajo. Almorzamos en la Estación, en una especie de mostrador circular de mármol que sirve /p. 80/ de mesas; despachan Srtas. de riguroso blanco. No sabiendo hablar pedimos todo por señas; ellas se ríen de nosotros y, nosotros de ellas, que no sospechan somos sacerdotes, por estar disfrazados y sin alzacuello; después recorremos la ciudad en tranvía hasta media tarde, hora del tren: en la misma tarde llegamos a Houston, donde debemos cambiar de tren. Tenemos una hora más de espera, y el P. Nicolás y yo tomamos un tranvía que nos lleva por el campo y vuelve a la calle central empleando 3/4 de hora; en la calle central se ven muchos comercios y algunos grandes edificios de bancos, etc.; mucha animación de gente por ser domingo. Visitamos una lindísima iglesia católica de religiosas; en la estación cenamos opíparamente, todo en una fuente grande para cada uno. Como a las 7 1/2 continuamos viaje: nos encontramos con jóvenes que hablan francés con pronunciación norteamericana casi incomprensible. El tren vuela por entre bosques y pinares, y llenos de sapos de luz voladores; es tal la velocidad y las sacudidas del tren que parece nos vamos a estrellar.

/p. 81/ 24 Agosto: A las cuatro de la mañana nos apeamos en Baton Rouge, lindísima población sobre el Misisipí, en forma de ladera, calles asfaltadas y las casas como entre praderas; domina el río en el que se ven vapores de pasajeros bastante regulares: después de pasear con la rica mañana por la linda población una hora y media, tomamos otro tren que nos llevará a Covington a la una de la tarde. Nos han indicado mal el viaje, pues en vez de ir línea recta y rápida de Galveston a N. Orleans, para de allí tomar el tren a Covington, nos hicieron dar toda esa vuelta, por trenes mixtos y malas combinaciones. Este último tren que paraba a cada paso, aún en medio del campo en estaciones y poblaciones aisladas, nos hizo pasar toda una mañana cansadísimos, llenos de sol, polvo y hambre. Comimos en Covington, pudiendo después de mucho trabajo y por medio del teléfono, dar con el paradero de la abadía S. Benedict, por la confusión de nombres. S. Joseph es el nombre de la abadía (26) y S. Benedict el pueblo. Un negro con su camiage nos llevó a todos y cargó con las maletas, entrando al atardecer en la abadía hechos una miseria y peor que los campesinos del país. Un seminarista Ip. 821 nos recibió en la portería, pues los PP. estaban de Ejercicios; gracias a Dios varios de la comunidad hablaban francés, pues el P. Juan de Diego (27) no se encontraba allí por haber salido a esperarnos a N. Orleans.

Edificio:

El Monasterio tiene, además de la Comunidad, Seminario de latinos de la diócesis de N. Orleans; es buen edificio de ladrillo, fierro y .cemento, de tres pisos, sin claustro ni patios que no necesita por estar completamente aislado y enclavado en un bosque, propiedad del monasterio, con pradera de dos a cuatro hectáreas frente y alrededor del monasterio, tierras de labrar, etc. Separado del edificio principal, pero a pocos metros de él, hay otros más pequeños, para comedores de seminaristas y comunidad, divididos ambos por la cocina, en la que hay tres monjitas. También forma edificio aparte uno para baños y otro para el motor de calefacción. A un klm. de distancia está la lavandería a vapor, una encuadernación y carpintería, las casas para peones, baño con 80 casillas, y el monasterio de las Benedictinas. Este, completamente aislado con sus patios y jardín, por vallas de madera; este monasterio, lindo y aseado, es todo de madera. Las monjas /p. 83/ han sido llamadas allí por los PP., y se mantienen y ocupan con lo que estos les dan por atender la cocina y hacer el lavado del seminario y la comunidad. Tienen también algunas niñas para instruirlas; un Padre dice todos los días misa en su capilla, las predica y da la bendición con el Santísimo en los domingos y fiestas. El monasterio de los monjes consta de 46 monjes, entre sacerdotes, 30, clérigos, 2, legos, 7, y novicios, 7, estando los PP. diseminados en esta forma:

12 para comunidad y seminario: Rmo. D. Pablo Schaeuble (alemán), Presidente del Seminario; Prior Columbano Wenzel (norteamericano), Rector y profesor; Gallo M. Anderau (suizo), mayordomo y jefe de correos; Juan Nep. Burger (profeso de Einsiedeln), maestro de novicios y de ceremonias; Odilo Brise (francés, y de Oklahoma), profesor; Beda Horsak (bohemio), profesor, organista y el sabio de casa; Lorenzo Scheidel (alemán), profesor; Tomás de A. Schuster (alemán), profesor; Fco. Balay (francés, ex trapense), profesor; Basilió Baumbusch, Prefecto del Seminario; Odilo Alt (diácono), vigilante id.; - 8 en el colegio de Covington. Los restantes en parroquias, siendo la principal /p. 84/ la de S. Bonifacio en N. Orleans, La., Gálvez St. n° 1570, que ocupa a cinco monjes: Anselmo Maenner, Enrique Sorrentino (de Monte Casino), Sigisberto Zarn (Einsiedeln), Teodoro Paroli y Efren Poetsch. Son también parroquias importantes la de Mandeville, en que está el Subprior, y otras. En años anteriores tuvieron en el seminario alumnos de filosofía y teología. Pagan por año 125 $, más las lecciones particulares de música, que son 20 $.

Apenas habría 80 seminaristas: era de notar su piedad y comunión casi diaria, a pesar de tanta libertad como tienen, ausentándose en los recreos por grupos, sin vigilante, etc., etc.

Horario:

Levantarse a las 5; misa, meditación y comunión, 5.30-6.20; estudio hasta 7; desayuno y recreo de 7 a 8; estudio de 8 a 8 1/2; clases de 8 1/2, sin interrupción, a 11,45; lectura y examen de conciencia a 12; comida, visita al Smo. y recreo hasta 1 1/2; clases de 1 1/2 a 3 3/4; lunch y recreo hasta 4 1 /4; estudio 4 114 - 5 1 /2; Rosario; cena y recreo de 5 3/4 a 7; estudio de 7 a 8 1/2; puntos de meditación y oraciones; acostarse 8 3/4. Los domingos y dos o tres días por semana hay misa cantada de comunidad, a la que asisten los seminaristas; el domingo hay sermón en la misa, y Vísperas con reserva, a las 3.

/p. 87/ Por mi salud delicada no me dan ocupación. A los demás PP. de Silos les dan: al P. Venancio, último año (VI) de francés; P. Mariano, Catecismo del Concilio de Trento en latín, al VI año; P. Juan, castellano, dos cursos; P. Carlos, canto, organista; P. Nicolás, canto y ayuda del P. Mayordomo. Nos da clase de lectura en inglés P. Lorenz, de 7 a 8 de la mañana.

17 Septiembre 1914. Salgo para N. Orleans por orden del Abad, para servir de coadjutor a un ex benedictino, P. Roth, a quien suele reemplazar a veces el mismo Rmo. Me recibe una prima del P., nos entendemos en inglés como podemos. Al momento me sirven té y dos huevos pasados por agua, que son toda mi cena, para no tomar nada hasta la comida del día siguiente, domingo, en que diré dos misas. Al poco llega el P., que estaba ocupado en confesar enfermos, y tiene que confesar en la iglesia, por ser las únicas horas de la semana (sábado por la tarde), que la gente, bien acostumbrada, viene a confesarse. Me manda para llevar el Viático y extremaunción a una enferma, ensayándome así apenas llegar a /p. 88/ la nueva parroquia. De paisano y cubierto llevo los dos sacramentos, solo me acompaña un muchacho de 12 años que, en una bolsa, lleva roquete, estola y stos. óleos, sin luz ni nada. En la casa, en cuarto de alquiler, Ser. piso, está en la cama la enferma, y al lado su marido; sin más adorno que la limpieza y dos luces, ni más preámbulos que ponerme el roquete, etc., pues no sé dirigirles ni palabra, le doy los dos sacramentos, que recibe con sonrisa y muestras exteriores por parte de los dos esposos, de agradecimiento. Les animo con dos o tres palabras en inglés y les pido disculpa; a la salida, una francesa en su lengua me reta de haber metido allí una inquilina tan grave, si es que de veras necesitaba los sacramentos. Me disculpo y me voy, sin saber más de mi enferma.

En adelante todo mi ministerio se reduce a decir 2a. misa a las 7 los días de labor, un día semana en colegio; llevar después la comunión a algún enfermo en la misma forma y con el mismo acompañamiento del día aue llegué, y acompañar a algún cadáver de la iglesia al cementerio, en coche cerrado, revestido de roquete y estola, acompañado de tres monaguillos que, también revestidos, llevan cruz y asperges. Delante va el coche mor /p. 89/ tuorio y detrás los demás; desde la puerta del cementerio se acompaña el cadáver rezando el ritual y se bendice la sepultura, rezando al fin de rodillas algunos Our Father, etc., a que responden todos.

Los domingos y fiestas, las dos últimas misas, 8 1/2 y 9 1/2, ésta cantada y con sermón como todas las del domingo. Por la tarde presido el rosario en octubre o la bendición, Hora Santa en domingo, rezando en inglés, acompañado de los acólitos, y de rodillas en las gradas del altar. Hice un bautismo en casa y una boda de españoles.

Me da casa, comida y intención diaria de 1 donar. Tengo dos habitaciones en piso independiente, no hablo más que con el P. alguna frase en francés durante las comidas, que se reducen para mí a un poco de te con gotas de leche para desayuno; caldo, legumbres en ensalada, bifes o cerdo con papas cocidas y enteras y postre, vino y hielo a discreción, para la comida, 11 I/2; te, una rodaja de embutido y fiesta con té helado para bebida, para cenar, 5 1/4, pan muy medido en toda hora. Casi todos los días salgo a pasear solo o con P. Ousset o el mexicano después de comer y cenar. Voy visitando la población de 300.000 a 600.000 habitantes, el Canal Street que la divide en dos, y es el centro de comercios y escritorios (orces), cines "Maison blanche" y otros, con ricas vitrinas, y mil puestos, cada uno servido por una señorita, restaurant, confitería, orquesta, etc., etc., /p. 90/ y donde van a parar todas las líneas (unas 80) de tranvías, y donde se pueden combinar con "transfer". Cerca están los jesuitas, con gran colegio y linda iglesia mozárabe!; el río Misisipí con su marquesina toda seguida y cubierta, y con persianas de hierro al lado del río y de la población, que se enrollan; es la mayor del mundo, 5 km.! 2° puerto de E.U. y 28 población de ellos en superficie, según una gran geografía que tengo a la vista. Mucho movimiento de carros, autos, para carga y descarga de innumerables buques de toda nación. Hay aparatos para descarga de frutas, compuertas que suben y bajan para entrar en los buques carros con los animales y autos de carga. Tiene unas 2.000 industrias, las mayores son de algodón, con comercios de inmensas vitrinas en que no se exhibe otra cosa, y grandes fardos de lo mismo, que sirven de reclame en cualquier edificio; las hay grandes de azúcar con una de las mayores fábricas del mundo en la que he estado viendo cargar cubas a paladas; de arroz, café y maderas. En la exportación de algodón parece superar a los demás puertos, viéndose en la marquesina montañas de esos grandes fardos. La gente acude a los comercios, étc., de 11 a 4, parece un hormigueo. De las 7 en adelante casi no se ve gente.

A fines de octubre hago gran recorrido en auto p or toda la población, con el Abad benedictino, Obispo de Bismarck (28), que va a /p. 91/ S. Benedict al Capitulo, y come ese dia en mi parroquia con otros de S. Bonifacio.

En la ciudad abundan teatros, cines, circos de fieras, juegos de toda clase, paseos y tranvías, que están montados a las mil maravillas. En el número y grandiosidad de paseos supera a México, aunque no tiene un Chapultepec; en cambio no hay que preguntar por cosas de arte o librerías, círculos de ciencia, casinos, etc.; la biblioteca pública por dentro es un cuchitril, y el catálogo apenas contiene mil volúmenes, si bien como es el país de la libertad, cada cual coge el que se le antoja y se lo lleva a su casa, simplemente con dejar nota de ser hijo o hija de contribuyente, etc., eso a pesar de estar abierta unas 14 horas por dia; la más ocupada es la sala de periódicos y revistas. Hay, no obstante, dos o tres buenas universidades, una de jesuitas, algunos colegios de comercio, etc., y todas las parroquias y comunidades tienen el suyo con muchos niños.

En cuanto a religión, es muy distinto de México. No hay curas sueltos ni para capellanes de monjas, pues suelen serlo los párrocos del colegio: todos, hasta los religiosos, son párrocos, y aún el Obispo auxiliar, que tiene su iglesia parroquial. La mayoría son extrangeros, alemanes, franceses, italianos, españoles, algunos criollos, y muy raros los hijos de americanos, por tanto no creo haya el antagonismo que en México. El culto a juzgar por esta parroquia de Sta. Teresa, no veo produzca mucho; es la más pequeña, 25.000 almas; los domingos todos echan su quinto, algunos un peso: no obstante, se ve que el cura tiene interés en que no esté, y eso que a mi misa los días ordinarios no asisten 10 personas, fuera de las niñas del orfelinato. Sin embargo, deben sobrarle intenciones de misa, y tal vez con la limosna que sale en mis dos misas del domingo cubre mis gastos. Trabajo es bien poco el que aquí les da la iglesia: con decir el mismo sermón cuatro veces, o sea en todas las misas de los dial de fiesta, ya está todo, porque ni novenas, ni misiones ni nada; de confesiones no se diga, solo el sábado y tal vez las vísperas de grandes fiestas, de cuatro a ocho de la noche (nada de mañana, ni a deshora), sin embargo comulga mucha gente, especialmente el domingo, casi todos. El mayor trabajo es sin duda la clase diaria de catecismo en el colegio parroquial, a pesar de ser religiosas las maestras, la visita diaria a enfermos. Gastos para culto tampoco se ven, no habiendo funciones ni adornos; en todo el tiempo que estuve no llegué a ver una misa de fu Ip. 931 neral con más aparato que las ordinarias, y eso que asistí a muchos entierros. La función de mayor solemnidad es la de las 40 Horas, una vez por año, en la fiesta patronal de la parroquia; por la tarde de los tres dial hay Hora santa, con asistencia numerosísima, aún de otras parroquias, sermón por algún buen predicador, y el último día gran procesión por fuera de la iglesia, con gran concurso de párrocos y del Obispo, que esa noche tienen, después de terminada la función, gran cena y trasnochada hasta media noche, sin faltar dulces, copas y buenos habanos.

Los jueves tienen una misa con plática para los niños todos del colegio. Cantan en todas las misas, aunque sean de difuntos. Las bendiciones con el Ssmo. los domingos son cortísimas, como las de Silos. La iglesia está todo el día abierta, y algunos entran a hacer una visita corta al ir o volver del trabajo. Nadie cuida, ni roba. Domingos por la tarde, bautizos; sábados, bodas. Un domingo al mes, hora santa. No hablan palabra en la iglesia ni los niñitos. La moralidad es muy dudosa; por una parte /p. 94/ tienen mucha y sólida instrucción religiosa todos los días en colegio y todos los domingos en las misas, por otra, hay mucha libertad, desnudez, cine, etc., y el Rmo. dijo en cierta ocasión que "niñas de 12 años en E.U. estaban perdidas". Voy a confesarme a los Dominicos españoles de la parroquia de S. Antonio con el P. Paul L. Perretta OP.

Diciembre 3 de 1914. Entro en el hospital de N. Orléans, "Hótel Dieu", a ponerme en cura merced a las instancias e influencias de un joven vasco español, Peter Llona, que es el ingeniero gefe del establecimiento. Muy bien atendido y cuidado por las Hnas. (Nurses), Dr. Barra y la visita casi diaria de Peter: a los 4 días se me ofrece como maestra de inglés una telefonista del establecimiento que enseña muy bien; asiste a clase el P. Venancio, que me reemplazó en la casa parroquial, y algunos días el P. Procurador de los Dominicos de Rosairville, P. Pérez, con quien, lo mismo que al principio con el P. Antonio, profesor de finita del mismo convento, los dos españoles, paso mis mejores ratos. Ambos están cuidándose en dicho hospital, que es el designado para religiosas y nacer /p. 95/ dotes. Yo digo 2a. misa todos los días en la capilla a intención que me dan las mismas Hermanas. Allí paso hasta mediados de Enero: las Navidades muy bien y muy obsequiado. Salgo con permiso y acompañado de Peter a ver la gran procesión o manifestación que los católicos hacen el día del Dulce Nombre por las principales avenidas de la población, todos vestidos de paisano, pero llevan todos los estandartes en coches abiertos, mucha banda de música; no sé ni aproximadamente el número de católicos que ha desfilado, pero no deben bajar de 30.000.

31 Dicbre. 1914. PP. Mariano y Nicolás llegan de Covington, y me anuncian mi destino de Silos para la Argentina.

En viaje a Buenos Aires

/p. 96/ Año 1915. A mediados de Enero dejo el hospital "Hótel Dieu"

31 Enero. Salgo de S. Benedict con P. Nicolás, en viaje a la Argentina. Pasamos en N. Orléans el 1° de Febrero para comprar ropa y despedirnos de los amigos y P. Venancio.

2 Febrero. Emprendemos a las 8 de la mañana viaje de dos días con sus noches hasta N. York, pasando por Mobile, Montgomery, la inmensa estación de Atlanta, Washington, en cuya inmensa sala de espera aguardamos 3 horas oyendo anunciar las salidas de trenes con una gran bocina y desde un púlpito, Baltimore, Philadelfia, llegando a las 6.30 del 4 a New York - 1366 millas, 30 $, 50 % -. 4 v 5, y parte del 6 Febrero. Lo pasamos en N. York, que ya conocíamos, hospedados en los PP. Asuncionistas, siempre amabilísimos con todos los de Silos. El frío y la mucha nieve no convida a pasear; no obstante, hacemos el 2° día a pie más de 50 blocks.

6 Febrero: embarcamos en el vapor inglés "Verdi", de la "Samport & Holt", en 28, y no vemos tierra hasta el viernes 19 por la mañana.

/p. 97/ 17 Febrero. Miércoles de ceniza: pasamos el ecuador, guardamos el ayuno y abstinencia, aunque entre judíos que lo hacen notar bien. Ceremonia del bautizo de Neptuno.

21 Febrero 1915. 1° domingo de Cuaresma, desembarcamos en Bahía; asistimos primero sin saberlo, a una misa maronita o cosa por el estilo, y después a una de rito latino. La población está llena de iglesias, comemos en buen hotel par 3000 reís cada uno, nos paseamos en tranvía.

24. S. Matías. A1 amanecer entramos en la lindísima bahía de Río de Janeiro que parece algo fantástico. En esta ciudad lindísima (¿ la más del mundo? al menos el puerto, por su limpieza) pasamos los días 24, 25 y 26, recorriéndola en tranvías, auto y a pie, sobre todo de noche, y en la gran "Beira mar", avenida de las Palmas.

27 Febrero. Escala en Santos: a las dos de la tarde tomamos el funicular cremallera para S. Paulo, obra gigantesca que no podemos admirar bien por la densa niebla. Visitamos la hermosa Abadía benedictina, siendo recibidos amablemente y muy obsequiados por el Prior (belga); nos proporciona boletos para .los tranvías y un muchacho alemán que nos sirva de guía, tomamos la colación con la comunidad y en medio de algunos caballeros huéspedes; volvemos /p. 98/ a salir para aprovechar el tiempo, y vamos a dormir a un hotel, con permiso del P. Tienen hermoso colegio, el más aristocrático y numeroso de S. Paulo, aún están en obras que dirige un monje.

Marzo 2. A mediodía atracamos en Montevideo. Visitamos la catedral, recorremos la población en tranvía, paseamos por Pochos. Al anochecer llega de B. Aires el vapor "Infanta", que vuelve a España, y en el cual habían llegado ocho dial antes los PP. Eleuterio González y Andrés Azcátate de Silos para Bellocq.

Santa María de Bellocq

Marzo 3. A las 4 p.m. entramos en B. Aires, nos espera el P. F. Melchor, superior de Bellocq, nos lleva al hotel España, y no teniendo ganas después de tanto viaje para ver nada, nos quedamos charlando hasta las 3 de la mañana.

Marzo 4. Salgo únicamente del hotel para visitar a mi parienta religiosa del Sgdo. Corazón, Casilda Gómez de Arteche, que vive en Victoria 4350. A las siete de la noche tomamos el /p. 99/ tren de Bellocq. Cenamos opíparamente ($ 2.50 c.u.) en el restaurant del tren, que llevan todos los nocturnos de la Argentina, y nos acostamos en camas que igualmente tienen todos los nocturnos por $ 5 c.u. El viaje a medio precio en 1' son $ 7.50; llegada a Bellocq a las 6 de la mañana.

4 Marzo 1915. Entramos en la fundación de Sta. Marta, Bellocq (C.G.B.A.). El pueblo consiste en la Estación, un edificio destinado a almacén de ultramarinos, etc., etc., aún sin habitar, una casa taberna (boliche), la choza del capataz de la vía y otra de un alambrados, y los edificios del nuevo monasterio, que se componen: 1° de casa rectoral, toda de planta baja, con tres piezas dormitorios, comedor, cocina, cuarto de baño y w.c.; 2° Iglesia linda aunque sencilla, con abundantes y ricos ornamentos y mueblaje sólido y de valer, aquellos y este traídos de París; 3° colegio con dos aulas, comedor, cuatro dormitorios, cuarto de baño, cocina, lavadero y dos w.c., todo en planta baja y formando escuadra; hay dos hectáreas de terreno para huerta y jardín. Es también propiedad de los monjes una finca de 100 hectáreas, distante de los edifi /p. 100/ cios como 400 mts.; diez vacas, troncos de caballos y tropillas de los mismos para arar, coche y sulky, gallinas, etc. Estamos completamente en despoblado, sin un árbol, en medio de feraz y llano campo, en el que por ningún lado se alcanza a divisar la más pequeña colina, y llegando a verse las luces de Bolívar, pueblo que dista más de 11 leguas. No hay más vecinos que cinco, distantes de cien a mil mis. de nosotros, y dos Estancias donde residen los administradores, la del administrador del campo Sta. María a tres kilómetros, y la del campo vecino "El destino", a seis kilómetros. La 1ª abarca 6 leguas y la 28 cuatro. En cada una hay como cien o doscientos habitantes, de los cuales, 50 peones del administrador, y que viven solos o con sus familias en dependencias de la Estancia, edificios adjuntos o puestos diseminados por el campo, los restantes son colonos o arrendatarios (chacareros),. que labran distintas porciones del campo mediante una renta y con cierta fiscalización del administrador. De la estancia traemos para el consumo carne, verdura y demás elementos, pues en ella se carnea todos los íias una vaca y se expende pan (galleta), aceite, azúcar, etc., etc" hasta que se abra el edificio destinado a almacén (negocio), que tendrá todo lo necesario: comestibles, bebidas, telas y cuantos utensilios y objetos se puedan desear, hasta máquinas, carruajes, ferretería, porcelanas, estanco, etc., etc.

/p. 101/ Por aquí no se ve más movimiento que varios trenes diarios cargados de ganado y cereales, y tres días por semana uno de pasajeros y correo, que va y viene para Buenos Aires; ni gente que venga a oír una (misa) fuera del domingo, ni siquiera que pase por frente a la casa; estamos completamente solos, así que nunca hay función ni distinción de días ni meses: ni que sea Pascua o Navidad, S. Pedro o S. Pablo, Santos o Animas, Año Nuevo o Noche vieja, igual da; uno no sabe si es el mes de mayo o de ánimas, o del rosario, si es Cuaresma o Navidad o Semana Santa. Aquí no hay más que San domingo, y esto cuando no llueve, y no todo el día, sino solo a las nueve de la mañana en que se reúnen a la puerta de la iglesia una porción de carruajes y cabalgaduras, llegando a reunirse el día que más, 85 personas en la iglesia, pues de ordinario no pasan de veinte a treinta; algunos domingos de verano, suelen también verse algún coche y auto de los dueños de las Estancias situadas a diez, veinte y hasta treinta kilómetros de la iglesia, que acuden a la misa mayor, pero por la tarde ni rata. Los días de labor hay una docena de caballos /p. 102/ que pasan el día atados frente a la casa, y otros tantos muchachos que vinieron en ellos y a los que se oye deletrear en el colegio, o se ve jugar o correr en el camino junto a los edificios, y a lo sumo alguna que otra visita del mayordomo o dueño de las tres Estancias más vecinas que vienen a vernos y jugar un rato al "croquet" en la cancha y a la sombra de la iglesia, o algún peón o linghera que va de paso. Algún día que otro llega una familia para bautizar alguna criatura, y aún mozalbete de 6 anos.

La gente es completamente ignorante en religión en este campo, pues nuestra iglesia, ahora parroquia, es la única en diez leguas a la redonda; el primer día que rezamos el rosario, no sabían contestar: en el colegio, a todos ha habido que enseñar el a, e, i, o, u; por lo demás, visten bien y saludan, etc., sin comparación con México, los del país.

Nuestras ocupaciones: misas, oficio rezado, colegio tres horas cada uno, hacer zanjas, hoyos para árboles, trazar parque, formar huerta, plantar árboles, hortalizas, romper, arar, tirar la oreja a Jorge, charlas, pasear, etc. La Semana Santa tristísima, sin un alma ni para acólitos. P. Superior hace de cura, P. Eleuterio canta, /p. 103/ PP. Manuel y Andrés, acólitos y todo.

1° Octubre 1915. Salgo con P. Fermín a misiones de tres días cada una en cuatro estancias de los Sres. Bellocq, dueños de Sta. María y fimdadores de nuestra casa. 1° Galpones, estación Brandsen, pueblo Femari; 2° en Cinco Lomas; 3º en El Sermón; 4º Larramendi, consistentes en 2 misas, plática de manda o instructiva, rosario, sermón de misión, cánticos, confesión, Bautismos, Confirmaciones (que me tocó hacer en dos de ellas por privilegio) y algún matrimonio. La 1ª, debido en parte al anciano y muy venerado mayordomo D. Martín d'Aguerre y a la buena gente de los alrededores que acudían desde leguas con sus cabalgaduras y carruajes, fue edificante y fructuosa. Parecían verdaderas romerías, y todos tenían cabida en la mesa de los buenos hijos casados del dicho anciano. Las otras tres fueron propiamente para el personal de las estancias, aunque en Larramendi acudieron muchísimos de fuera, hasta de Pehuajó, para las confirmaciones y bautismos, aunque no fuera más que por no pagar, pues todo corre /p. 104/ a cuenta de la dueña, Da. María L. de Bellocq. En Cinco Lomas se termina la misión con un día de fiesta, en que se asa una vaca con cuero, hay carreras, corridas de sortijas y otros juegos, y se termina con un gran baile!

1° Noviembre 1915. En Bellocq, en vez de misión, como ya estamos todo el año, aprovecho los domingos que faltan hasta la Purísima para prepararlos al cumplimiento, predicando sermón de misión en la misa.

8 Diciembre 1915. Aniversario 1 ° de la toma de posesión por el P. F. Melchor. Primeras comuniones de los niños del colegio y de las niñas del campo o Estancia. Se hace gran fiesta, misa y vísperas cantadas; gran banquete a campo raso, con pan, vino, cerveza, asado con cuero, mate, dulces, etc., con un concurso de más de 250 personas; corridas de caballos y otros juegos; se reparten trajes completos y plata a los niños, pagando todo la Dueña, lo mismo que el gasto de los peregrinos. Cumplen raros con la Iglesia.

25 Diciembre. Asisten a misa del Gallo, solo los Mayordomos, que comulgan. _

19 Diciembre. Nos abandona Blas Rey.

/p. 105/ Año 1916. Abril 17. Lunes de Semana Santa. Salgo a Casares a predicar los sermones de Mandato, Pasión y Resurrección, ayudando al Párroco P. Mainer a confesar al pueblo para el cumplimiento, hasta el 29, Lunes in Albis.

Junio. Paso todo el mes en Casares, ayudando y supliendo al Párroco, y predico en las fiestas de Corpus, Ip. 106/ Sgdo. Corazón y otros dos domingos, y confieso en todo este tiempo exclusivamente al pueblo, a petición del Cura, que tiene siempre esa buena práctica para dar libertad a sus feligreses y evitar o reparar los sacrilegios a que podrían estar expuestos.

Julio 1°. Recibo carta del P. Superior que está ya en Buenos Aires, con P. Nicolás, para no volver a Bellocq, mandándome ir a Bellocq para recoger los objetos de mi uso y demás, y abandonar aquello.

2. Lo paso en Bellocq. Los PP. Eleuterio y Andrés salen esta misma noche definitivamente para Buenos Aires.

3. Quedamos solos el Hno Miguel y yo, para empaquetar lo que nos pertenece.

12 Noche. Abandono definitivamente Bellocq con Hno. Miguel, llevándome las llaves que nadie quiere recibir en la Estancia por faltar el Mayordomo, /p. 101/ D. Juan Flynn.

Buenos Aires (1916-1918)

Julio 13. Llegamos a Buenos Aires. Los PP. tienen alquilada una casa en Colpayo 34. Aún no está amueblada; todo yace por el suelo; comemos, cenamos y casi dormimos en casa de los PP. del Ssmo. Sacramento, calle S. Martín 1039. Estos son nuestros primeros amigos cariñosos, y hospitalarios como franceses; nos dan intenciones de misas y nos acompañan y ayudan, además de haber hospedado a los primeros PP. quince días en su casa. Tenemos una sola capellanía en las Religiosas del B. Pastor, calles Caseros y Jujuy, y en la casa madre de las mismas Religiosas en Caballito tiene días después otra capellanía el P. Superior. Estas Religiosas nos regalan la primera vajilla y ornamentos de misa. Al poco tiempo, los PP. dei Ssmo. nos dan también misa fija de 10, que decimos P. Eleuterio o yo, y entre tos tres, más algunas intenciones para el que está libre, venimos a ganar $ 450, y solamente de casa y cocinero pagamos cerca de $ 200.

Agosto 15. El P. Andrés de Subdiácono y yo de Diácono asistimos al Arzobispo Mgr. Espinosa en la consagración de la Iglesia del Ssmo. Sacramento, y el P. Eleuterio y yo hacemos lo propio en los Pontificales de la misma durante toda la semana, asistiendo a varios Prelados. Todos los dios asistimos al gran banquete, como de casa.

/p. 108/ 23. Domingo. Procesión de clausura del Congreso eucarístico, con asistencia de autoridades y 150.000 católicos.

24. Empiezo a servir la capellanía de Religiosas de la Compañía de Sta. Teresa de Jesús, calle Santa Fe 3047, con $ 125 e intención libre. Obligaciones: misa diaria, confesar a externas 1°s viernes; a externas (sic) sábados; catecismo media hora, viernes; predicar, domingos -y dios festivos; función tarde domingos, días de precepto, 1°s viernes y cuatro novenas por año; preparación a primera comunión durante un mes.

Setiembre 25. Nos cambiamos a la calle Díaz Vélez 4091.

Noticias de Silos y de la Orden

/p. 109/ Año 1917. Enero 13. Se administra el Viático a Mgr. Espinosa

A petición del Rmo. P. General, mandamos las delegaciones para la elección de nuevo Abad de Silos, por el mal estado del actual D. Guépin.

Mayo 3. Cable de definición del Rmo. D. Guépin

Junio 5. Elección del nuevo Abad, D. Luciano Serrano

Setiembre 2. Bendición del Abad electo, con asistencia de los de Ligugé, Montserrat, Dueñas y Valvanera: y los /p. 110/ obispos de Jaen, Fr. Plácido Lemos; de Salamanca, Dr. Alcolea; y el Arzobispo de Burgos, Dr. Cadena y Eleta, y apadrinado por los Condes de Heredia Spínola. Asisten los Romeros de Cañas.

Octubre 8. Función de gracias en Cañas con Pontifical del nuevo Abad.

Octubre 14. Consagración de la iglesia benedictina de Cogullada por el Sr. Nuncio de España, Mgr. Ragonesi, en nombre del Sto. Padre Benedicto XV. Asisten los Rmos. de Ligugé, Silos, Montserrat y Lazcano, y algunos PP. de Silos.

Octubre 20. Primer Pontifical en Silos del nuevo Rmo. y profesión de fr. Fructuoso Nieto, sacerdote y maestro de ceremonias que fue de Segovia.

Noviembre 22. Audiencia del Rey Alfonso XIII al Rmo. y P. Timoteo.

Mgr. Alberti nombrado Auxiliar de Mgr. Espinosa en Buenos Aires.

Año 1918 Enero 25. Por dimisión por enfermedad del Rmo. de Beuron, D. Ildefonso Schober, es elegido D. Rafael Walzer, de 30 años, alumno de S. Anselmo.

Febrero 23. Sábado de Témporas. Se ordena de Diácono fr. Justo Pérez.

Buenos Aires (1918)

/p. 112/ Marzo 1°. A petición del Sr. Arzobispo nos encargamos interinamente de la Parroquia de la Virgen Niña en Villa del Parque. Nada de ella nos pertenece. Iglesia y casa son de religiosas, lo mismo que ornamentos, etc.; no tiene siquiera pila bautismal, ni habitación donde descansar; dista diez cuadras casi inhabitadas del tranvía que pasa por la Av. S. Martín, las que hay que andar con un sol abrasador o con lluvia torrencial o con barrizales que ni con zancos; gente protestante o en su mayor parte obrera: ¡habrá que dar más bien que recibir para atraer a la gente! Hace de párroco P. Fermín, que va todos los dias a decir misa, y de coadjutor P. Andrés, que va los domingos a celebrar y pasar la mañana, vuelve por la tarde para catecismos, bendición y bautismos o lo que se ofrezca, más los miércoles y sábados por la tarde con el mismo fin y atender confesiones. Marzo 4. Termina la huelga ferroviaria. Marzo 12. Novena en forma de misión con plática antes de misa, y por la noche, en la nueva parroquia. Asistencia casi nula, por no haber habido tiempo de preparar la gente.

/p. 113/ Marzo 21 Tránsito de N.B.P. Tres misas, dos rezadas y una solemne: la cantamos solos, celebrante P. Rector del Seminario, diáconos P. Sola SJ y P. Capellán del Hospital Alvear; predicador, P. Román, asuncionista (29). Mesa con P. Rector, Superior Capuchino, Mgr. Saa, Superior de Llavallol, P. Predicador, D. Carlos é hijo.

El P. Román cuenta como consiguieron terrenos ellos y sus religiosas por la medalla de S. Benito.

Marzo 24. Domingo de Ramos. Cantamos la Pasión, Procesión y Misa. A la vuelta sembramos P. Andrés y yo unas medallitas. Semana Santa. Los tres días cantamos Lamentaciones y Laudes de Tinieblas.

Jueves Santo, predica P. Andrés; Viernes, PP. Fermín y Nicolás. 31. Pascua. Misa cantada por las Hnas. y sermón del P. Manuel.

/p. 114/ Abril 12. Homenaje a Mgr. Espinosa por Bodas de Oro sacerdotales (11 Abril) y de plata episcopales (22 octubre). Los Párrocos ofrecieron días antes en su honor erigir con su nombre el Hogar sacerdotal.

Agitaciones anticatólicas en Córdoba por los estudiantes ácratas de la Universidad.

Abril 13. Se confirma por S. S. la elección de D. Ildefonso Schuster para abad de S. Pablo extramuros, prior del mismo monasterio y profesor de Historia eclesiástica en S. Anselmo (39 años), sabio liturgista y de antigüedades monásticas; parte activa en reforma Breviario; pertenece a varias Congregaciones Romanas.

Abril. Es nombrado Abad nullius de Monte Vergine a la edad de 37 años, D. Ramiro Marcone, monje de S. Julián de Génova y profesor muchos años de Historia de la Filosofia en S. Anselmo, habiendo publicado dos tomos valiosos de dicha asignatura.

Secunda parte: Noticias de México

/p. 24/ México 1914. 15 Septiembre. Se presenta un quidam pidiendo S. Juan - ¿o S. Rafael?- para los Constitucionales, pero no resulta nada. Por ocultarse PP. Pedro y Antolin, quedan jefes Goyo de S. Juan y Domingo de S. Rafael (30); los demás en casas particulares; los Hnos. en las respectivas iglesias.

/p. 25/ Noticias de México 1916.

A principios de año, salen a España Mauro, Anton, Fidel. En España Fidel pide secularización. Vuelven de E.U. Mariano y Carlos (3l).

29 Setiembre. Fallece de tifo H° Felipe (32)

6 de Octubre 916. Por orden del Gobierno se cierra el cine de la Alameda: solo quedan las paredes, sin altares ni pavimento; salvan el órgano y lo llevan a S. Rafael.

5 Noviembre. P. Antolín (33) sale a la Gringonia a la parroquia del + P, Mariano.

Enero 1917. P.Pedro (34) debe estar por Cuba y tal vez New Orleans. Están inquietos del porvenir y pide preparemos un refugio en Chile, Perú, etc., para poder darse la mano con nosotros cuando se necesite. Pregunta qué pitos tocamos aquí, sin nada, y según sus malas referencias de este país, no espera nada de él y pretende vayamos en busca de otro. Ellos continúan en S. Rafael casi igual que antes. De mis papeles, etc., dice han debido ser quemados después de la muerte del P. Mariano, y promete recoger y mandar si queda algo. Felicita al P. Andrés por su ordenación diaconal. El P. Carlos /p. 26/ dice que manda los 3 Pasionarios, 10 $ de coste (carta P. Domingo, I° enero 917).

Al cerrar S. Juan, el P. Pedro se encuentra en España para operarse 2a. vez de la hernia; fueron robados S. Antonio y sus milagros; la iglesia se destina a imprenta gubernista y, según la prensa de E.U., para templo masónico. La energía y fe de los PP. salvó de profanación el Ssmo. que fue trasladado por Antolín entre soldados a S. Rafael, entregándoles después el copón vacío. Los PP. fueron sorprendidos a las 5 p.m., empleando hasta las 10 p.m. para hacer el inventario y entregar absolutamente todo a exigencia de los soldados; echados a la calle sin cenar, fueron maltratados solo de palabra y sin quedar presos. Parece por fin les permitieron tomar ropas de las celdas y aún ornamentos, y les devolvieron S. Antonio, que trasladaron a S. Rafael, llevándoles aquel devotos. Por ausencia del P. Pedro quedó de Superior Nicasio (35).

5 Noviembre 916. Sale Antolín para Louisiana a la parroquia que tuvo el P. Mariano.

6 Noviembre 916. Muere de tifo P. Mariano a las 7 de la mañana, dos meses después que Felipe. Quedan en S. Rafael, P. Domingo (Superior), PP. Nicasio, Carlos y Goyo, y H° Rafae1 (36).

/p. 27/ P. Paredes promete iglesia por barrio S. Jerónimo; si no devuelven S. Juan.

18 Diciembre. P. Pedro escribe a P. Venancio desde Miranda de Ebro, en viaje de vuelta a México. Le niegan pasaportes en Santander y Barcelona, y se vuelve a Silos. El cónsul en Barcelona dice a los PP. de Miranda que no hay pasaportes (para) curas, y se matará a los que quedan. México peor con la reelección de Wilson. Dificultades y encuentros entre mexicanos mandados por Villa y norteamericanos: penetran estos en territorio mexicano y levantan 100 mil hombres contra Villa. Carranza se reúne en Querétaro con su camarilla, y trazan una nueva Constitución, según la cual fuera clero, extranjeros y frailes gachupines: estos no pueden enseñar ni abrir escuelas; enseñanza libre pero laica: toda iglesia, por serlo, es del Estado; no puede haber al frente de ella extranjeros: el clero extranjero no puede poseer nada particular; todo clérigo debe casarse. Prohibición de confesión, etc., etc. Los protestantes son nombrados profesores, directores, inspectores, etc. (casta P. Venancio, 12 Enero 1917).

1917. Mayo. Sale P. Lerena para Silos comisionado por los PP. para llevar votos de elección Abad.

1917. Agosto. Recibo cariñosa carta de Concepción Martínet (Valle).

/p. 28/ 1917. Julio. Fundación Isla de Pinos. Según carta P. Venancio, iría él, P. Domingo, Carlos, H° Fermin (37) y P. Pedro de Superior. Nueva Gerona, residencia de los PP., como Salas, 3000 habitantes, puerto de desembarco, sede de autoridades, banco, estación inalámbrica, comunicación con toda la isla con buenas carreteras y mucho automóvil. La iglesia, 49 mts. x 9, jardín de 90 x 50, a media legua terreno laborable de 2 1/2 Ha. en cuadro; clima delicioso; tres vapores semanales de correo con Cuba. De aquí vienen a veranear a Pinos: El Obispo da celebración diaria para dos PP. El pueblo Sta. Fe, 2000 habitantes, con iglesia: hay otros pueblitos con capillas, se explota en la isla mármol, oro, plata y metales; se da patata, naranja, maíz, toronja, etc.

/p. 35/ De New Orleans

Año 1916. Según carta P. Venancio fechada 12 Enero 917, vuelven a México en Febrero 916 los PP. Mariano y Carlos; el primero como Superior de S. Rafael.

Enero 1917. Por orden de Silos quedan allí a la espera P. Venancio, en la parroquia St. Theresa's, New Orleans, de coadjutor del alemán exbenedictino P. Roth, y P. Juan en el campo (country) en la parroquia Pierre Part, en la que está como párroco desde la Cuaresma de 1915, y en el Ordo de 1917 figura como locum tenens (sic). P. Venancio hace ya todos los servicios, lecturas, confesar enfermos, catecismo, y hasta predicó dos veces en inglés todo. Sister Rosario (la única inglesa) del colegio parroquial fine a Puerto Rico a principio de curso. Los PP. Frhon y Ousset, lo mismo que Peter, continuan en sus puestos, y bien. La comunidad benedictina de S. Benedict han hecho dos nuevas fundaciones, una en Misissippi, en despoblado, con mucho terreno, sin más personal que un Padre de Covington y un H° de S. Benedict; la otra en New Orleans, limítrofe de su parroquia de S. Bonifacio, al parecer fundación muy buena. P. Antolín, por unos meses, hasta recibir órdenes de la plana mayor, está en Rayne, La., P.O.box 25 (oficina y apartado postal 25).

/p. 36/

Escribe al P. Pedro se vaya a New Orleans a buscar algo, y recibe autorización, no mandato del P. Prior y de él para hacerlo, pero no están conformes los de México por la lengua. Espera que Felix Díaz y Zapata conseguirán tirar a Carranza, a quien favorece Wilson (carta 12 Enero 917)

Junio 5. Recibe invitación para los exámenes de S. Benedict el 13. Viaje excursión ida y vuelta, $ 1.00. Se fue Cecilio, el acólito del P. Roth.

P. Odilo en Mandeville, levantando gran iglesia para inaugurar en Setiembre; llevará monjas benedictinas de Covington. P. Antolín anuncia su ida, saliendo el lunes 11 vía Lafayette, Baton Rouge, Covington.

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Notas

(1) Se trata de cuatro redacciones que cubren el mismo período, a saber: 1.

Breve relación de cómo se llegó a fundar el Monasterio de S. Benito de Bs. Aires; 2. Viaje de España a México (3 de sept. 1909-12 die. 1912); 3. Sin título; 4. Memoria sobre el origen o principio de la Abadía de S. Benito de Bs. Aires. Mientras la primera comienza en enero de 1913, con el retorno a Silos del P. Fermín, después de su salida de México, las otras tres refieren su estadía en ese país antes de regresar a España. El texto se conserva en el Archivo de la Abadía de San Benito, Luján, y aquí será citado: Relación 1, 2, 3 o 4.

El P. Fermín de Melchor había nacido el 7 de julio de 1872, en Grañón (Logroño), profesó en S. Domingo de Silos el 5 de octubre de 1896 y recibió la ordenación sacerdotal el 27 de mayo de 1899. Falleció en BuenosAires el 9 de mayo de 1962, después de ocupar, desde los comienzos de la fundación argentina y, con intermitencias, hasta 1938, el cargo de superior , cfr. Tajadura, Q.: Menologio silense. Burgos, 1979,_p. 49; utilizamos la obra del P. Tajadura cuando referimos datos biográficos de los monjes silenses que mencionamos.

(2) El Hno. Maximiano Carazo (1893-1946), que tenía vocación de archivero y de cronista, acopió durante toda su vida noticias, folletos, recortes de diarios y revistas, fotografias y materiales de todo tipo en álbumes que se conservan en el Archivo de la Abadía. Redactó también diversos escritos, y dejó inconcluso en manuscrito (48 páginas), un relato de los primeros tiempos de la fundación en la Argentina, bajo el título: Recuerdos, hecho a vuela pluma, sin consultar más que su memoria y la de algunos actores de aquellos sucesos - él mismo no llegó a Buenos Aires hasta enero de 1921. Su trabajo no es muy preciso al indicar fechas y nombres propios; su utilidad es, por ello, relativa, aunque cubre el período que va desde la fundación en 1914 hasta enero de 1919. Lo utilizamos, sin embargo, porque refleja la mentalidad con que se juzgaba, en los años siguientes, la experiencia inicial. Citamos: Recuerdos, y la página. Con motivo del cincuentenario de la fundación de la Abadía en Buenos Aires (1965), se publicó un volumen conmemorativo: La Abadía de San Benito. Buenos Aires, 1915-1965. Buenos Aires, 1965, para el cual el P. Andrés Azcárate, uno de los fundadores, redactó la sección correspondiente a los orígenes y primeros años.

(3) Para los comienzos de la fundación silense en México se puede consultar: Alamo Martínez, C. del: Silos. Cien años de historia (18801980). Madrid, 1983; Bodenwein, G.: The Benedictines in Mexico, en

(4) The American Benedictine Review" 8, 1957, 3, pp. 197-214. Relación, 2

(5) El P. Antolín Pablos Villanueva (1871-1936), permaneció en México entre 1902 y 1914, y regresó entonces a España. Fue fusilado durante la Guerra Civil Española con otros tres cohermanos (Tajadura, p. 23).

(6) El Hno. Miguel Angel Antón (Hacinas, Burgos, I S febrero 1887Buenos Aires, 3 agosto I972), había profesado en Silos el 14 de junio de 1908; en México entre 1909 y 1914, de donde volvió a Silos y casi inmediatamente fue destinado a la Argentina. Acompañó la vida de la comunidad bonaerense desde el primer asiento en Bellocq (Tajadura, p. 59). Fue muy querido, tanto en la comunidad, a la que supo hacerse muy útil con su trabajo silencioso y sin desmayo, su ánimo alegre y sano, como para feligreses y vecinos, que advertían en él espíritu de santidad y testimonio de vida.

(7) El P. Pedro Palacios (1866-1918), estaba en México desde 1901, y fue el superior de la incipiente comunidad; viajó a España en 1916, y murió en el lugar de exilio de los monjes, en la Isla de Pinos, Cuba (Tajadura, p. 14-15).

(8) El P. Hermenegildo Nebreda (1866-1943) no permaneció mucha tiempo en México, y regresó a su monasterio donde ocupó diversos cargos; tradujo y publicó obras de espiritualidad (Tajadura, p. 28).

(9) Relación 4.

(10) Relación 3.

(11) Ibid. En el cuaderno donde se conservan las Relaciones, hay una anotación del P. Fermín: " Dos faltas hay en mi vida, culpables por falta de reflexión: 1° La falta al Sr. Obispo en el "asunto Guadalupe" (a fines de Octubre 1912); 2° La poca fortaleza en la salida de Bellocq"; es significativo que el apresuramiento al abandonar Bellocq, se compara, para él, al conflicto con el Obispo por el asunto de la iglesia de Saltillo.E1 Hno. Maximiano Carazo puso por escrito, años después de estos sucesos, el dolor que sentía el P. Fermín, y que él manifestaba públicamente; cfr. Recuerdos, p._3: "Todavía el que esto escribe, recuerda lo apenado que se mostró el dicho P<adre> en una conferencia que dio en Silos a los Hermanos, rogándoles al fin que por favor rezaran a su int<ención> 3 Ave Marías a la Virgen de Guadalupe".

(12) Ibid.; el P. Abad Dom Ildefonso Guépin (Saint-Brieuc, 27 octubre 1836-Silos, 30 abril 1917) fue el restaurador del monasterio de Santo Domingo de Silos, en 1880, y su primer abad de la nueva época, en 1894. Es el fundador de las casas de México y de la Argentina, así como el animador del florecimiento espiritual e intelectual del célebre cenobio castellano (Tajadura, p. 11-14).

(13) El P. Nicolás Rubín (Alesanco, Logroño, 6 diciembre 1880 - Buenos Aires, 3 agosto 1951), después de permanecer en México cinco años, partió para la fundación en la Argentina. Organista y difusor del canto gregoriano, colaboró en las distintas obras e iniciativas de la comunidad (Tajadura, p. 35-36); ocupó el cargo de superior en la casa de Buenos Aires durante un breve período, hasta el regreso del P. Azcárate en 1926.

(14) El P. Eleuterio González (Hacinas, Burgos, 6 setiembre 1880-Buenos Aires, 25 agosto 1960) fue una de las figuras más notables de la joven comunidad argentina, por su cultura y su capacidad de trasmitir a los demás el sentido de la liturgia y del arte al servicio de Dios. Estudió en el Colegio San Anselmo, de Roma, y pudo dar cauce, en Buenos Aires, a sus dotes, proyectando la capilla del Santo Cristo, y la iglesia abacial, así como otras obras importantes del monasterio (refectorio, claustro, ala de las celdas). En aquellos años de gran efervescencia espiritual y cultural gozó de mucho predicamento en los círculos ilustrados del catolicismo argentino, influyendo en la vida eclesial y en.la formación de seminaristas y de laicos (Tajadura, p. 43-44).

(15) El P. Andrés Azcárate Esparza (Aibar, Navarra, 30 noviembre 1891S. Salvador de Leyre, Navarra, 2 junio 1981) llegó a la Argentina en plena juventud, antes de ordenarse sacerdote. Estuvo en Bellocq, donde se ocupo del pequeño colegio anejo a la fundación, y una vez instalados en Buenos Aires los monjes, fue ordenado en La Plata por Moras. Juan N. Terrero, obispo de esa diócesis, el 2 de junio de 1917. Colaboró en las tareas apostólicas que, por entonces, se confiaron a la comunidad en la Parroquia de Santa Ana, Villa del Parque, y en 1919, después de un viaje a España, llamado por el nuevo abad de Silos, D. Luciano Serrano, sucesor de D. Guépin, regresó a Buenos Aires como superior de la casa. A sus gestiones se debe la adquisición del local de Olleros 2342, en Belgrano, y la compra de los terrenos en Villanueva y Maure, donde se construiría, también por sus esfuerzos y bajo la dirección del P. Eleuterio, el monasterio de San Benito. El P. Azcárate fue llamado nuevamente a España, para tomar la conducción del monasteriosantuario de Estíbaliz, Alava, recientemente asumido por los monjes de Silos. El monasterio de Buenos Aires, en su nueva sede, fue elevado a la categoría de priorato simple , y su primer Prior, desde el 29 de junio de 1926, fue el P. Andrés Azcárate, ya de regreso en Buenos Aires. Al año siguiente tomó este oficio el P. Fermín de Melchor, hasta que, el 29 de marzo de 1938, al erigirse el priorato conventual, fue nuevamente designado Prior el P. Azcárate, posteriormente elegido el 21 de diciembre de 1950 primer abad del monasterio. Esos años son los de mayor actividad del P. Andrés y de la comunidad, con las publicaciones litúrgicas y de espiritualidad, los Misales y sacramentarlos, la revista Pax y su sucesora, 1a Revista Litúrgica Argentina, los cursos en diferentes institutos de formación católica, la organización de los Seminarios catequísticos, de los Hogares Obreros, de los Oblatos y Oblatas de San Benito, de la Academia Benedictina de Maestras, y tantas otras iniciativas. Mientras tanto, proseguían las tareas en la parroquia, confiada a tos monjes en 1928, y la construcción del monasterio e iglesia. El 10 de junio de 1963 fue aceptada la renuncia presentada por el P. Azcárate al cargo abacial, y se retiró a la abadía de Leyre, Navarra, donde falleció, permaneciendo hasta sus últimos días interesado afectuosamente por el desarrollo de su monasterio argentino (cfr. Santangelo, M. C., OSB: Dom Andrés Azcárate OSB, primer abad de San Benito de Buenos Aires (1891-1981), en: Cuadernos Monásticos 16, 1981, n° 58,_p. 259-284 (existe separata); La Abadía de San Benito..., cit.

(16) El P. Gregorio Arroyo (1883 - 1958) fue solicitado para formar parte del grupo fundador, pero no aceptó (Recuerdos, p. 10; Tajadura, p. 40-41)). Años más tarde residió durante un tiempo en Buenos Aires, pero no llegó a fijar la estabilidad, y falleció en el monasterio de Humacao, Puerto Rico.

(17) Recuerdos, p. 17; en realidad, Fray Andrés Azcárate tenía casi 24 años.

(18) Según el contrato, reflejado en el acta de la fundación, debían ser 500 $ mensuales; pero el Hno. Maximiano, que no era capitular en Silos ni había vivido los tiempos de la fundación, debía ignorarlo.

(19) Recuerdos, p. 19-20.

(20) Recuerdos, p. 21-23

(21) Recuerdos, p. 28-29

(22) Cfr., además de las noticias que se encuentran en Recuerdos, La Abadía de San Benito ... cit.

(23) Tajadura, p. 38.

(24) Recuerdos, p. 37.

(25) El P. Venancio Sancha (1878 -1918) estuvo en México desde 1906 hasta la expulsión que menciona el P. Manuel, fue a los Estados Unidos y después formó parte del grupo que se reunió en la Isla de Pinos, donde falleció (Tajadura, p. 14); el P. Mariano Martínez (1875 - falleció en México el 30 noviembre 1916, según Tajadura, p. 11; según el P. Manuel en su Diario, p. 26, falleció el 6 noviembre), en México desde 1909, estuvo en Saltillo; sobre el P. Nicolás Rubín, ver nota 12; el P. Carlos Azcárate (Aibar, Navarra, 11 julio 1882 - México, 9 junio 1974), hermano del P. Andrés, primer abad de San Benito de Buenos Aires, fue enviado a México en 1909, y desterrado en 1914, estuvo en los Estados Unidos y en la Isla de Pinos; regresó a México en 1919, y durante muchos años fue superior de la comunidad silense en San Rafael, en la capital de la República (Tajadura, p. 61-62).

(26) El monasterio fue fundado en 1890 en Gessen, Louisiana, y trasladado a St Benedict en 1902, siendo elevado a abadía al año siguiente. Pertenece a la Congregación Helveto-Americana.

(27) El P. Juan de Diego (1878 - 1962), enviado a Saltillo en 1910, se refugió en la Abadía de St Joseph, Louisiana, donde fijó su estabilidad monástica; allí murió muy anciano (Tajadura, p. 49).

(28) Se trata de Moras. Vincent de Paul Wehrle, monje profeso de Einsiedeln, fundador y primer abad del monasterio de Richardton y desde 1910 obispo de Bismarck.

(29) P. Román Heitmann AA (1869-1941), ya mencionado, con sus valiosos contactos fue una gran ayuda en la fundación del monasterio de Buenos Aires (cfr. Luchia Puig, A. : El Padre Román. Religioso asuncionista. Cura párroco. Director de almas. Buenos Aires. 19491.

(30) Se trata de los PP. Pedro Palacios (ver n. 7), Antolín Paólos Villanueva (ver n. 2), Gregorio Arroyo (ver n. 16), Domingo Lerena (1870 - 1948), en México permaneció hasta que fine expulsado en la persecución de Calles, y formó parte de las comunidades de Madrid y Esri'baliz, hasta reintegrarse definitivamente en Silos (Tajadora, p. 34).

(31) Hno. Mauro Abia (1860 - 1928), regresó a Silos, donde falleció; por el Hno. Miguel Antón (ver n. 6); el P. Mariano Martínez y el P. Carlos Azcárate (ver n. 25).

(32) Hno. Felipe Alcalde (1872- 1916), (Tajadura, p. 23).

(33) P. Antolín Pablos Yillanueva (ver n. 2).

(34) P. Pedro Palacios (ver n. 7).

(35) El P. Nicasio García (1878 -1940) fue enviado a México en 1906 (Tajadura, p. 25).

(36) El Hno. Rafael González (Caleruega, Burgos, 25 octubre 1877 -Buenos Aires, 6 mayo 1960), ingresó en el monasterio de Cogullada y profesó en la abadía de Ligugé, en su exilio de Bélgica. Estuvo en México, y regresó a Europa, de donde en 1939 pasó al monasterio de San Benito de Buenos Aires (Tajadura, p. 43).

(37) Hno. Fermín Unzué (1871-1922), expulsado de México falleció en su viaje de regreso a la abadía de Silos (Tajadura, p. 16).

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