VACACIONES 2011- EL BOLSÓN DESCONOCIDO Y ALGO MÁS

DÍA 6: Jueves 27 de enero de 2011 por la mañana
FITALANCAO Y PUESTO GONZÁLEZ

                Salimos bien temprano y antes de las 9:00 estábamos en El Maitén comprando unos churrasquitos para hacerlos al disco al lado de algún arroyito.


El Maitén, thursday morning:  no había nadie!

FITALANCAO

                El plan era entrar a Fitalancao por el acceso normal y en todo caso luego ver si podíamos cerrar el circuito empezado con Pablo Anastasio en 2009, pasando por el puesto de Don González (Click aquí para leer ese relato). Recorrimos la traza de las ex RN 40, que aún conserva sus viejos mojones y nos metimos en el desvío a la estancia Fitalancao. Hasta allí el camino estaba transitado pero al pasar al costado de la tranquera de la estancia, la huella comenzó a desdibujarse aunque indudablemente nos iba acercando al waypoint que teníamos de la vieja estación ferroviaria. Unos solitarios álamos en la lejanía y la silueta del terraplén lo confirmaron. Al cabo de un rato también comenzamos a ver los edificios abandonados y un extraño tanque de agua.

                Finalmente pisamos Fitalancao; había cumplido mi anhelo de conocer esta estación de raro nombre.

                Un par de vagones abandonados, las ruinas de tres o cuatro casas construidas con durmientes, un tanque de agua armado con una torre de durmientes y el sólido edificio principal de la estación bastante entero pero sin techo, es todo lo que hay. Las vías los atraviesan en esa zona serpenteando los faldeos para ir ganando altura.

                Es una perfecta postal de la desolación: es la más pura Patagonia. Estamos a más de 1000 msnm expuestos a fuertes vientos a tal punto que pese a que el día no estaba feo debimos abrigarnos..


Edificios abandonados y un extraño tanque de agua

 
Una "hermosa" y sobrecogedora desolación sobrevuela todo aquí


Todo es extraño. Y si no aprecien la torre del tanque de agua


Vías y vagones son mudos testigos de esta inusual invasión humana foránea


Puse la Vitara sobre las vías a riesgo que un tren me la lleve puesta,


pero encontré como desviarlo por las dudas.


Adriana le aporta colorido a un retazo de tren que está solo y espera


Pampa está para un cuadro...


Las viviendas de quienes habitaban y trabajaban aquí solo resisten por la solidez de sus paredes de "ladrillos" de durmientes de quebracho


La manga donde tomaban agua las locomotoras de vapor

 
Al final enganchamos los vagones y nos fuimos...

                Un par de paisanos a caballo se acercaron y cambié algunas palabras con ellos, sorprendidos de encontrar “turistas” allí. Los consulté por el puesto de González y me dijeron que camino no había, pero que podía intentarlo, que alguna vez habían visto pasar motos hace mucho. Más que suficiente para convencer a Adriana de hacer una visita ocular para tantear el terreno para futuras incursiones…


Nuestros informantes me convencieron que visitar a Don González desde allí no era descabellado

                Tenía el waypoint ”González” a unos 4 km como única guía, así que costeamos un poco las vías, atravesando un seco mallín (seguro hubiese sido un problema el invierno del 2009) hasta que llegamos a un “cul de sac” de alambrados donde terminaban las huellas. Mirando bien, encontré una oculta tranquerita que permitía cruzarlo pero ya sin el más mínimo atisbo de huella más adelante: sólo campo traviesa. Adriana ya se vio venir que mi visita ocular iba a ser un poco más que eso y se resignó.


La huella terminaba en un "cul de sac" de alambrados


Hacia adelante, aunque invisible estaba el valle del Ñorquinco

                Lentamente avanzamos por el campo yermo sin gran dificultad, empezando a vislumbrar el valle del arroyo Ñorquinco donde estaba el puesto. Después de una loma divisamos el puesto de González pero una furibunda bajada y el mismo arroyo se interponían en el kilómetro que faltaba.

                Claro, era la subida que habíamos desistido de hacer en 2009, ahora sin barro ni nieve pero igual de respetable. Por estar solo, antes de tirarme, me la caminé completa hasta el mismo arroyo para evitar sorpresas y me pareció viable, total no era indispensable subirla porque a partir del puesto el camino ya lo conocía. Tenía linda pendiente y vista de cerca no creo que la hubiéramos podido subir con barro; en seco, creo que si.

                Al volver a la chata, Adriana me dice que le sonó el celular y que terminaba de hablar con los chicos. Señal de celular ahí ???. Si, se ve que por la altura (1100 msnm) se podía pescar la antena de Ñorquinco supongo. Escuchar eso y llamar a Pablo para el clásico “¿A que no sabés de donde te estoy llamando?” fue un instante. No iba a desperdiciar la oportunidad de gastarlo un poco por no haber podido venir y avisarle que tal vez me iba a comer el cordero con Don González…

                Bueno, me tiré en la bajada y la verdad que manejando no parecía tan brava como a pie y con cuidado llegué al arroyo, que a la postre fue lo más complicado por el escalón que tenía a la salida en el único lugar sin vegetación para pasar. El escalón de unos 50 cm lo subí sin problemas con las ruedas delanteras pero después me quedé patinando con las ruedas traseras mojadas. Al hacer marcha atrás para probar de otro modo, el paragolpe se apoyó en el escalón y me rompió la parrilla de plástico: el precio de un copiloto inexperto que no se quiso bajar a guiarme por no mojarme los pies.

                El segundo intento fue mediante pala y hacha suavizando el escalón y al cabo de un rato superamos el escollo sin problemas con una pequeña herida de guerra y llegamos al puesto, donde aparecieron primero unos cuantos perros y por supuesto, Don González.


El puesto de Don González apareció allá abajo, después de una lomada



Bajamos con cuidado la fuerte pendiente, tranquilo porque sabía que podíamos salir por el otro lado


El Ñorquinco, aparentemente indefenso, se interpuso,


 
me hizo trabajar un buen rato (video que no pude recuperar) y


Encima me cobró un "peaje"


De allá arriba a la izquierda, "caímos" al puesto, acá abajo, a la derecha.

                Don González, enseguida se acordó de aquellos locos que que años atrás andaban por ahí entre la nieve y nos invitó a tomar unos mates, que, luego charla va, charla viene, se convirtieron en el cordero que nos había ofrecido un año y medio atrás. Es emocionante ver como alguien que evidentemente tiene muy poco para dar se desvive para compartirlo.

                Realmente se notaba que estaba muy contento de tener alguien con quien charlar y no nos quería dejar ir. Cuando le pedí de sacarle una foto, se quiso a ir a cambiar porque estaba en ropa de trabajo. Qué sencilla y hospitalaria es la gente de la cordillera!


Don González, contento, se nos empilchó para las fotos,



y enseguida se puso a preparar el cordero que nos había prometido dos años atrás

Don Gonzalez se prestó a bromear con Pablo Anastasio




Imágenes del Puesto de Don González, al costado del "indefenso" Ñorquinco


Uno de sus perros y el cartelito que indica como se llama el paraje: Fitanimen

                Le dejamos de regalo las pocas provisiones que teníamos y le prometí volver más adelante con lo que podamos juntar para ayudarlo. Entre otras cosas un álamo enorme se le tumbó casi sobre la casa y no tiene leña para el invierno por no poder cortarlo, así que llevaremos una motosierra para colaborar.



La salida fue bastante sencilla ya que tenía el track en el GPS y además ahora no había ni barro ni nieve como aquél invierno
Estás en Día 06 por la mañana: Fitalancao y Pto González

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