MI TERCERA EXCURSIÓN AL OJOS DEL SALADO Y OTROS VOLCANES, CON INGREDIENTES
(LA TRAVESÍA DE LOS RULEMANES DÍSCOLOS)

(LA TRAVESÍA REBELIÓN DE LOS RULEMANES Y OTRAS ROTURAS)

23 al 30 de Marzo de 2013

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DIA 5: EL INCA PILLO  SE NIEGA OTRA VEZ POR EL ESTE

                La noche estaba tan linda que dormimos con las puertas del refugio abiertas. Por la mañana, el sol nos despertó y nos pusimos en marcha muy rápido, después de un delicioso desayuno, para cumplir a rajatabla el horario de salida. Por suerte teníamos todo controlado, sin problemas.

                No más de las 9:00 ya estábamos todos prestos para salir desde Cortaderas y así fue.

                Retrocedimos hasta La Coipa y comenzamos el largo ascenso hacia la zona del Monte Pissis por el enroscado camino lleno de atajos  que evitan los caracoles. A poco de iniciada la trepada comienzo a sentir una pequeña vibración cuando andaba en baja, la cual se fue incrementando de poco.

                Le comenzamos a prestar atención y no aflojaba. Cuando ya casi estábamos arriba, la magnitud me preocupó y paramos a revisar: provenía de la reductora, probablemente era un rodamiento o sea que no tenía una fácil solución. En alta no lo hacía.

                Había que tomar una decisión. Tal vez no era grave pero estábamos a punto de meternos en problemas, en lugares de difícil acceso y a mucha altura. No era razonable iniciar una travesía de esas características con un potencial problema en ciernes. Diferente hubiera sido si esto pasaba cuando ya estábamos en el medio del kilombo, pero por suerte o por desgracia, nos avisó a tiempo.

                Con todo el dolor del alma, con Matías tomamos la decisión de desertar. No teníamos derecho a complicarle la vida a nuestros compañeros de travesía sabiendo que llevábamos un potencial problema a cuestas. Además, dos de ellos, Hugo y Diego, ya acumulaban más de 2500 km de remolques de Pampa 02…

                Así que nos desenganchamos del grupo y emprendimos el regreso, el cual lo encaramos tranquilos haciendo turismo aventura ligth: en alta la chata andaba diez puntos así que teníamos carta blanca y tiempo de sobra para curiosear lo que se nos ocurriera..


El Refugio N° 3 Cazadero Grande,  donde dormimos

 
A la izquierda se aprecia la capilla de Cazadero Grande y a la derecha la antena satelital que proporcionará Internet al refugio


El camino de subida desde La Coipa rumbo a la laguna Verde y al monte Pissis

                Primer nuevo destino fue ir a distendernos a las termas de Fiambalá, como correspondía para bajar la amargura de tener que abandonar la travesía. Un par de horas en los piletones de agua caliente nos hicieron olvidar lo que había pasado y cargamos las pilas para recomponer y aprovechar igual el viaje.

                Pensamos un nuevo itinerario y elegimos volver por la costa riojana y por las sierras de San Luis, visitando todo aquello que nos llamara la atención, sin un plan premeditado. Por supuesto que habría confluencias.

                Tipo 15:00 horas salimos de las termas con rumbo Fiambalá, Tinogasta y Aimogasta, sin prisa y sin pausa. Antes de Tinogasta, un pueblo de nombre llamativo nos invitó a conocerlo: Alpasinche, donde visitamos su vieja estación abandonada con su nomenclador enlozado.

                Un poco más adelante, antes de Tinogasta, alguien llama por la radio: “Pampa, que hacés por acá?”

                “Algún patagónico” – pensé. Antes de preguntar quien era, reconocí la voz de Tonga, que enseguida nos informó de la mala nueva: a poco que nosotros nos volvimos, llegando a laguna Azul, la Bartola había roto … otro rulemán!!!. Sin duda ya podíamos titular que esta era la “travesía de los díscolos rulemanes”; con éste era el cuarto…

                Los rosarinos, convertidos en "delivery de rodamientos" venían con la masa delantera de la Bartola a cuestas buscando un rulemán salvador. En Fiambalá y Tinogasta la búsqueda había sido infructuosa y ahora iban para Aimogasta. Por supuesto los acompañamos en la búsqueda allí, pero tampoco tuvieron éxito: la única opción era llegarse hasta La Rioja capital!!!.  Y encima contra reloj por el horario y porque mañana sería Jueves Santo.

                Hay que destacar la enorme solidaridad de Hugo, que entre ida y vuelta haría casi 800 km para colaborar con sus compañeros. Un monumento al compañerismo que no me sorprendió en absoluto.

                Nosotros no los seguimos a La Rioja porque poco podíamos aportar y quedamos atentos por teléfono para cualquier eventualidad; solamente atinamos a hacer uso del delivery rosarino para hacerles llegar a los refugiados de laguna Azul los cubanitos y el dulce de leche que habíamos reservado para festejar la llegada a Corona del Inca.


La RP60, en la zona de La Angostura, en el regreso sin gloria


Curando las penas en las Termas de Fiambalá

La increíble quebrada donde están las Termas de Fiambalá


Saliendo de las termas, antes de cruzar el Abaucán, nos sorprendió una tormenta de arena


Las canchas para el secado de uvas en Fiambalá, hermoso colorido


Un puente ferroviario del ramal abandonado que llegaba a Tinogasta, al norte de ALPASINCHE


Cruzamos las vias (¿?) y estacionamos cerca de una estación abandonada


Era ALPASINCHE, una estación con el típico edificio de este ramal del Belgrano, que conserva su nomenclador enlozado


La señal da paso en la vía principal, para que levanten las vías...

                Seguimos nuestro plan de conocer la costa riojana por la RP 75 que si bien también desemboca en La Rioja capital, es mucho más larga y lenta. Comentábamos con Matías nuestra relativa buena suerte: si no teníamos el problema en nuestra chata nos hubiéramos quedado varados en la cordillera haciéndole el aguante a Diego, sin avanzar mucho más. De uno u otro modo, la travesía también se terminaba.

                Ya casi atardecía cuando otro pueblo de nombre raro nos atrajo y nos desviamos de la ruta: Anjullón. Pueblito tranquilo con una vieja iglesia blanca y una prolija plaza, al pie de la sierra riojana parecía lugar ideal para hacer noche. Milagrosamente, un cartel promocionando un camping se nos atravesó y fuimos a ver que tal era. CONDORCUNA era el sitio y realmente estaba muy bueno, así que decidimos quedarnos ahí.

                Armamos la carpa, cenamos unos exquisitos fideos con tuco y disfrutamos de la paz del bosque. Antes de acostarnos recibo un mensaje de texto donde nos avisan que habían conseguido el rodamiento y que mañana en la mañana subirían a la laguna Azul para hacer la reparación. También nos enteramos que Nacho y Aldo habían bajado a Cortaderas porque Aldo no se sentía muy bien.


La plaza de ANJULLÓN perfectamente cuidada y prolija con una viejísima construcción abandonada en uno de sus laterales


La iglesia de ANJULLÓN, impecable


Camino al inesperado camping que nos venía de anillo al dedo


Entrada a CONDORCUNA

Buenas noches

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DIA 6: VOLVIENDO SIN APURO, VISITANDO TODO LO QUE SE CRUZA

                Por la mañana estuvimos charlando con el dueño del camping CondorCuna quien nos recomendó unos cuantos lugares interesantes de la zona como San Pedro, Udpinango y Señor de la Peña.

                Como no teníamos planes, tomamos en cuenta el consejo y fuimos a buscarlos.

                San Pedro es un poblado sobre la sierra muy pintoresco similar a Anjullón; y allí vimos un cartel que invitaba a visitar “El Castillo”. Curiosos fuimos a ver qué era había allí, en Santa Vera Cruz, otro caserío casi colgado de las sierras. Esperábamos ver alguna vieja construcción jesuita o algo así resulta que nos que nos encontramos con el “Castillo de Dionisio” , una muy extraña construcción que perteneció al ermitaño Dionisio Azcorbe, un enigmático santafecino que había encontrado aquí su lugar en el mundo. Transcribo algo que nos contó, Pedro Fernández, su actual morador, que lo compró y que lo opera turisticamente: “Treinta años de trabajo y de vida ermitaña dieron como fruto este curioso Castillo de Dionisio que no puede sino recordar el art brut que floreció en Europa durante el siglo XX y que tanto fascinó a los surrealistas. Toda una filosofía cósmica se cuela por las paredes trabajadas en cemento con arabescos y profusamente decoradas con alusiones a elementos de distintas culturas: aquí y allá van brotando las imágenes de San Jorge y el Dragón, la leyenda de Osiris, los rosacruces, el ave fénix, varios mandalas. Dionisio, que había llegado de Santa Fe, decía hizo un jardín con manzanos y puso en el techo los siete chakras. No tenía electricidad y él mismo construía sus muebles. Era un bohemio que hizo el castillo para desplegar su forma de pensamiento. Se dice incluso que se dejó morir, que no quiso recibir atención médica tradicional”

                La cuestión que nos pasamos un buen rato recorriendo esa rareza, sacando infinidad de fotos y charlando animadamente con Pedro, que a su vez nos contó que era amigo del Tano Baldi. Un toque “hippie” para la travesía.


Camino a San Pedro, desde Anjullón, por la "costa riojana"


Cardones en flor, una maravilla


Por las calles de San Pedro, pasamos frente a la iglesia y seguimos hacia Santa Veracruz


Por el camino nos detuvimos a observar esta joyita durmiendo en la arboleda

También ahí mismo había un viejo trapiche a tornillo para prensar vaya a  saber qué.

                De todas las fotos que siguen a continuación, todas sacadas en el Castillo de Dionisio, sabrán disculpar que no proporciono detalles porque es tan variado y complejo lo que hay allí, que si uno no es un experto en filosofía y metafísica, es imposible recordar todo lo que Pedro Fernández nos explicó con tanta dedicación. Es muy difícil identificar chakras, mandalas, rosacruces, etc... mezcladas con la leyenda de Osiris o el mito del Ave Fénix, al menos para mí. Todo es muy loco y vale la pena asomarse.




De todo un poco...


Pedro Fernández, dueño y morador del castillo,  explicándonos con un entusiasmo increíble


Más cosas raras y extrañas


Rosacruces, chakras, mandalas, ave fénix y dragones


Más esculturas y evocaciones de todo tipo


El parque y el entorno es un espectáculo

 
Dionisio Azcorbe, un personaje de película


Su misión en la vida, de puño y letra


Los interiores del castillo: no se puede creer que alguien viva aquí, es de fábula. Y Pedro vive aquí


Adivinen como se llama esta hermosa gata:  Dionisia, por supuesto!!!


El Pampa con el amigo Pedro Fernández

 LO DEL PAMPA CAZANDO CONFLUENCIAS  >>