A SOMUNCURÁ POR LAS SIERRAS APAS

21 al 25 de mayo de 2010 – Fiestas del Bicentenario

SÁBADO22: ENLACE PUERTO MADRYN - SEPAUCAL (Llegamos a Puesto Montero)

                Todo fue bien, abriendo y cerrando tranqueras, hasta que empezaron las bifurcaciones y también las dudas. El track falso de Julián, evidentemente pensado para despistarnos, no combinada en nada con la realidad y nos obligó a empezar a probar por donde el olfato nos indicaba.


Consulta a don GE off-line

                Ninguna de las pruebas era satisfactoria porque todas las opciones nos alejaban del track y peor, del objetivo. Una de las tentativas empezó a arrimarnos a un track teórico que yo había relevado en GE y nos jugamos a esa. Bueno, finalmente dimos con ese track y salvo alguna duda despejada por el uso de GE offline nos condujo en definitiva por el camino correcto hasta llegar al último puesto que teníamos ubicado en los mapas y que habían visitado el año pasado. La única diferencia es que esta vez llegamos al puesto por la huella y no a campo traviesa.

                Para evitar que Facundo sufra el mismo efecto “Julián”, en las sucesivas tranqueritas le fuimos dejando las pistas para que nos siga. Como vinieron más cerca del atardecer, el camino los premió con hermosas fotos que nosotros no tomamos preocupados por encontrar el track.




Imágenes de la huella entre Sepaucal y Puesto Montero

                A las 17:00 hs encontramos el puesto MONTERO, bien escondido entre las sierras, esta vez con su morador y sus perros. Don Gumersindo Montero, alias “Rubio”, nos recibió muy amablemente, nos hizo pasar a su cocina y nos ofreció acomodarnos allí para pasar el frío de la noche que se venía.


Estacionamos frente al puesto...
 

...ubicado en un lugar muy reparado y muy bonito

                Como el punto de avanzada no estaba muy lejos decidimos mutar el campamento por la hospitalidad de Don Montero e ir a hacer la investigación de cómo seguir antes del anochecer y volvernos.

                Don Montero recordaba las huellas del año pasado cuando los Carnotauros estuvieron por ahí y siempre se había preguntado quienes habían sido y que habían venido a hacer esos enigmáticos personajes a andar entre las piedras con sus vehículos dentro su propiedad.


Don Gumersindo "Rubio" Montero en su cocina con sus jóvenes 75 años a punto de cumplir

                Por supuesto lo invitamos a nuestro asado y encima se nos ofreció a cocinarlo en el horno de su cocina económica, mientras le contamos nuestras intenciones de cruzar las Apas.

                "Están locos" – sentenció después de escucharnos  y agregó: "Siempre pensamos en abrir una huella con mi vecino Carrasco, para poder ir de un puesto a otro pero hay mucha piedra, no se puede" "Pero si quieren intentar, adelante" – sin dejar traslucir que se iba a querer subir a una de las chatas y acompañarnos como guía, convirtiéndose en la llave del éxito de la aventura.

                Lo dejamos cocinando nuestro asado en el horno de la cocina económica y salimos a reconocer el terreno, ya que después de escuchar a Don Montero nos salíamos de la vaina por curiosear la zona. El punto adonde llegaron el año pasado estaba 2 km más al norte y lo alcanzamos con relativa facilidad seguramente por el entusiasmo y por las tenues huellas que aún se notaban en algunos sectores.


El primer zanjón



Que lindo avanzar por terrenos casi vírgenes !!!



Pasado el punto donde llegaron el año pasado se nos hizo de noche y paramos ahí

 

Lo que continuaba, pese a un pedrero inmediato parecía posible. Mañana lo intentaríamos

                Casi con la última luz de la tarde verificamos que con esfuerzo se podía seguir bastante, por lo menos hasta la bifurcación de tracks teóricos que teníamos estudiada, así que nos volvimos optimistas al puesto.

                Al rato cayó Facundo con el resto de la tripulación y con el frío de la noche nos amuchamos en la cocina del puesto a escuchar las mil y una anécdotas del viejo, que tiene 75 años (los cumplió el 25 de mayo) y siempre vivió allí, mientras matizamos al espera con una picadita.


Preparando la picada

 
Escuchando las historias de Montero, que parecía nos hubiera estado esperando

                Nos contó que el puesto era del padre, el cual vivió hasta los 112 años y que más o menos esa era la antigüedad del aislado establecimiento en las sierras. Nos contó también que bien cae bastante nieve en los alrededores, sobre todo sobre la huella que nos trajó hasta acá, a no ocurre lo mismo en el sitio donde está el puesto. En la pared estaba el registro prolijo de lo acontecido el año pasado


Registro meteorológico de puño y letra de Don Montero

                Mientras se terminaba de hacer el asado algunos se juntaron a truquear y yo instalé mi equipo de HF en la chata y me comencé a comunicar con otros colegas radioaficionados. Hablar desde estos remotos lugares con el equipo móvil es una satisfacción enorme, a la par que te da la tranquilidad que llegado el caso, estás en contacto con el mundo. Había muchos concursos con QSL especiales por Bicentenario en casi toda la banda, costaba encontrar lugar libre para llamar. Sin embargo, al final con mi modesta antena látigo, conseguí hablan un buen rato con LW1DEK, Oscar de Coronel Dorrego, Pcia de Ba As, en 3695 MHz. a quien le pedí que estuviera atento y me hiciera puente por si algún colega del Radioclub Quilmes (LU4DQ) me estuviera llamando, cosa que al final no ocurrió.

                Por supuesto que mi transmisión se cerró con "Transmitió LU7ESR/W móvil desde Sierras Apas"

                El asado cocinado en el horno de la cocina económica fue una delicia y más en aquél lugar aislado, en tan buena compañía. El frío iba calando lentamente y después de cenar nos fuimos amontonando alrededor del calorcito de la estufa a conversar y continuar escuchando las historias de Montero.

 
Al final no hubo fotos del asado porque no le dimos tiempo, solo las asaderas vacías...

                A eso de las 22:00 ya todos estábamos adentro nuestras bolsas de dormir organizados como un Tetris a lo largo y lo ancho del puesto. Los que dormimos en la despensa zafamos de los ronquidos de Gastón.

 
 
Dónde íbamos a encontrar un mejor lugar dónde alojarnos?

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