LATITUD

 
 

48

 
  CABERNET SAUVIGNON

Bodegas El Pampa

 

 

 

UNA MEGACACERÍA DE CONFLUENCIAS A LA LARGO DEL DESCONOCIDO PARALELO 48

Día 8 – Viernes 16 de Octubre de 2009
La Comunidad cumplió su objetivo y llegó al mar a festejar


    En azul grueso, el recorrido del día 8: mezcla de confluencias y trenes.   

 

 

Hoy teníamos por delante un largo día, aunque tenía el atractivo de ponerle el moño a la aventura, así que de nuevo temprano a desayunar para salir enseguida.

   Por otra parte, era virtualmente el último día de travesía, así que como siempre, aguzaríamos el ingenio para sacarle el máximo jugo posible. Felizmente en estos lugares no hay más que decidir a buscar y los atractivos florecen como porotos de las chauchas.

     Durante el desayuno descubrimos que teníamos un ramal abandonado a mano y que no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer una “ferroviaria” ya que el destino nos había traído sin querer hasta acá.

    Era el ramal Puerto Deseado – Las Heras, desactivado desde 1971, el cual podríamos recorrer casi completo hasta Fitz Roy en nuestro derrotero confluenciero, salteando únicamente la estación Pampa Alta.

    Sin más, nos abocamos a ubicar la punta de rieles portuaria y nos sorprendimos con la estación Puerto Deseado, un hermoso e imponente edificio de piedra, en muy buen estado de conservación, convertido en Museo del Tren.

    Las vías sorprendentemente están intactas y hasta parecen mantenidas hace poco. Escuchamos alguna versión respecto a que una cementera de Pico Truncado y una minera aurífera de Las Heras estaban tratando de reactivarlo para cargas en un futuro cercano. Será cierto?

 
 

La imponente estación Puerto Deseado


El nomenclador, perdido entre trastos viejos
 
Prácticamente está "afuera" de la ciudad, frente al mar....


... lo que la hace más llamativa aún.


Fue erigida en 1909 y por suerte los deseadenses ferroviarios, han podido conservarla...


... ya que sin duda, al margen de los recuerdos de la historia ferroviaria ...


... posee una arquitectura, que sólo por si misma es digna de admirar. Es de 1909

En su interior guarda actualmente un museo, que no pudimos visitar por la hora, ....


... que indudablemente debe valer la pena
 



Como había una especie de ferrobus en el andén....


... algunos pasajeros desprevenidos que no les habían avisado que desde 1971 que no había trenes, quisieron esperarlo....


sin saber que por ahora, sólo pasa por ahí el Expreso Suzuki...


que tenía vía libre para continuar la aventura.

            De paso nos dimos una vuelta por el puerto y por la ciudad, que como cosa curiosa los bulevares tienen mano única (¿ ?), lo que para el que no conoce es un peligro inminente de choques laterales…

 
La costa de Puerto Deseado, sobre la boca de entrada a la ría



Edificaciones de Puerto Deseado

            Salimos hacia la confluencia final del paralelo 48, la 48°S 66°O, que estaba a sólo 30  de allí, pero del otro lado de la ría, lo que nos obligaba a un rodeo de más de 100 kilómetros, ya que el primer puente recién está a la mitad de esa distancia, en el paraje Paso Marsicano.

 
Saliendo de Deseado por la RN 281

            Antes de desviarnos del asfalto, visitamos la segunda estación, Tellier que se encuentra en regular estado de conservación pero en pie aún. Alguien la utiliza como vivienda.

 
El tanque de agua y el nomenclador, resisten aún, en el reino del viento

 
Las estación. a duras penas, también. Su construcción es un poco más económica que la de Puerto Deseado...

 
Nos asomamos impertinentes a su interior y admiramos el seguramente centenario árbol que la hermosea


El Expreso Suzuki, también pasó por acá. Donde no hay trenes, el Expreso Suzuki trata de emularlos
 

Tomamos el mismo camino, la RP 47, rumbo al puente del río Deseado que ahora de día lo podíamos apreciar. Tanto la subida como la bajada al cañadón que lo contiene son muy bonitas como toda la zona de la ría. Es el llamado Paso Marsicano

 
La RP 47 desciende serpenteante al río ...

 
... y lo cruza por el puente de Paso Marsicano

            Apenas cruzado el río tomamos la RP 85 hacia el este, rumbo a la costa, pasando por multitud de tranqueras que prolijamente abrimos y cerramos hasta llegar al estancia 8 de Julio, donde torcimos hacia el sur con destino confluencia 4866.

 
Abrimos y cerramos muchas tranqueras

            Llegamos al desvío programado y sin darnos cuenta nos pusimos, alambrado de por medio, a 240 metros de la confluencia.

            Salimos como resorte a pie para capturar la última del paralelo mientras Christian y Eduardo bajaron el alambre para llegar con la chata otra vez. JULIAN ROSSI le puso su nombre a esta particular confluencia costera, que si bien no era el final del viaje, era el eslabón que nos faltaba para hacer bingo sobre el paralelo 48.

 
Caminando rumbo a la gloria


Haciendo las mediciones correspondientes...


... para confirmar la captura y lograr que Julián tenga una con nombre propio



Las vistas a los cuatro puntos cardinales de la 48°S 66°O

            Y ahora sí, se desató la alegría de haber cumplido un objetivo, en equipo y con amigos, atesorado por largo tiempo. La Comunidad de las Confluencias había logrado el objetivo de visitar exitosamente todas las confluencias del paralelo 48, permitiendo conocer insospechados rincones de nuestra querida Patagonia, gracias a esta tonta excusa.

 
El equipo saludando....


saltando como chicos...



... y chupando el champagne que Pablo había guardado celosamente, como grandes
 
Sam y Frodo, i.e. Pablo y Pampa felices con el logro

            Bueno y ahora qué? Teníamos alguna confluencia más pero apareció otra idea, a la que todos nos sumamos inmediatamente: Y si vamos a ver donde el Paralelo 48 se sumerge en el mar?

            No terminamos de decirlo que, ahora, sin tracks, nos abocamos a poner la cereza en el postre. Buscamos el camino costero y a la primera de cambio encontramos una tranquerita que nos acercaba al mar cruzando médanos, el tipo de terreno que nos faltaba pisar en este variado viaje.

            Una hermosa playa de la Bahía de los Nodales, apenas al sur de Punta Médanos Negros, era atravesada por el Paralelo 48 y hacía allí fuimos poniendo nuestras rueditas en el Atlántico, humedeciendo el barro que traíamos de la cordillera. Realmente muy emocionante.

 
Nos fuimos arrimando al mar...


... hasta una playa de arena...

 
... bien patagónica, en la Bahía de los Nodales..


... donde el paralelo 48 se sumerge en las profundidades del Mar Argentino


Hasta estaba indicado en el piso...


... así que seguí hasta donde pude ...


... donde finalmente hice la medición exacta de ese curioso punto geográfico. Había baja marea -1.6 m  (jajajaja)




Hermosas postales costeras en el Paralelo 48 y hombres grandes festejando

Por donde anduvimos merodeando

            Ahora sí habíamos completado el cruce transversal de la provincia de Santa Cruz por su parte más ancha. Todo un logro que seguramente nadie hizo en forma planeada y continuada. Nos replegamos al reparo de los médanos y armamos un improvisado almuerzo de campaña para festejar, que reemplazó al campamento fallido de Bahía Laura.

            El amigo Pierre nos sorprendió recitando coplas norteñas en boca de un holandés y Guillermo Loza casi prende fuego la Montero con un cortocircuito en su inverter, por si no faltaran emociones.



Improvisado almuerzo sobre el Paralelo 48

            Si bien la sed de confluencias se había apagado con el agua del océano, caímos en la cuenta que éramos once y que habíamos cazado "solamente" diez vírgenes por lo que no quedó otro remedio que intentar una más, así teníamos una para cada uno. De vuelta en marcha, ahora rumbo a la 47°S 67°O y de paso a completar las estaciones que faltaban.

            Seguimos off-road por la costa hacia el norte hasta donde se pudo y luego buscamos la RP 64 que lleva a la boca de la ría, en la Punta Jenkins. Estando tan cerca, valía la pena ir a visitarla desde la costa sur, frente a la ciudad, porque realmente la ría es muy hermosa y es lindo imaginar lo que habrían sentido los españoles cuando encontraron este refugio cuando andaban buscando dar la vuelta al mundo o lo que pensó Darwin cuando el Beagle lo trajo a estas costas.


Imágenes costeras


Camino costero
 

Cuando se acabó el camino costero, buscamos la RP 64 a campo traviesa....


... y la encontramos


Cruzamos alguna estancia abandonada y a lo lejos...

 
 subiendo y bajando lomadas...

  ... apareció Puerto Deseado, del otro lado de la ría.

 
A la mañana estábamos enfrente. Encontramos la famosa Piedra Toba, que habíamos visto con mucho zoom por la mañana desde allí


La espectacular boca de la ría de Puerto Deseado

            Finalizado el trámite de haber estado en ambas márgenes de la ría de Puerto Deseado, le apuntamos a la estancia 8 de Julio, de allí al puente del Río Deseado de Paso Marsicano y luego salimos a la RP 281 a la altura de la estación Antonio de Biedma, de la cual sólo quedan los cimientos y el tanque de agua.

 

Lo que quedó del edificio de la estación Antonio de Biedma


El pozo de agua para el tanque, con inocultable origen inglés de los materiales


El tanque de agua, pese a sus 100 años luce bastante bien


Una señal ferroviaria. Notar el diseño para no doblarse con el viento

Ya sobre el asfalto de la RN 281, visitamos las ruinas de las estaciones gemelas de Cerro Blanco y de Ramón Lista, en el mismo estado o peor que la citada anteriormente. En todos los casos las vías seguían luciendo muy bien.

 
La casa del jefe de estación Cerro Blanco bastante en pie


Solo el hormigón aguantó el paso del tiempo y la depredación en la estación Cerro Blanco



La casa del jefe de estación Ramón Lista y un solitario cambio de vías aún en su sitio


De la estación Ramón Lista no queda nada salvo el tanque y trazas del andén

            Nos reagrupamos en Jaramillo, ya que no todos pararon en las estaciones. Allí la estación está bastante completa y en pleno proceso de restauración, lo cual nos dio un dejo de satisfacción al saber que algunos se preocupan por nuestro patrimonio histórico.




 
 

La estación Jaramillo luce linda y reconforta que la intenten revivir un poco

        Seguimos hacia Fitz Roy, donde además de reponer combustible y fotografiar una estación más, nos esperaba el camino de acceso a la confluencia final, la 47°S 67°O, la que deberíamos capturar con un solo tiro en la recámara, debido a la avanzada hora de la tarde.

 

La estación Fitz Roy está bastante entera, aunque no está muy cuidada

            Encontramos el desvío que teníamos programado y en la primera bifurcación optamos de nuevo por dividirnos por las dudas: Julián, Eduardo y Pablo irían por el sur a través de la estancia Monteverde por el camino más corto y Marcelo, Guillermo y yo por el norte, haciendo el rodeo más largo, por la huella que conducía a la estancia Las Rosas

             La decisión fue buena porque al rato por VHF nos avisan que en la estancia Monteverde les habían impedido el paso, así que nosotros ganamos valiosos minutos de luz para tratar de llegar de día.

            Por suerte, el track teórico andaba muy bien y como esta variante servía de enlace entre estancias, no teníamos problemas de permisos para seguir adelante. A 3.3 kilómetros apareció la huella incipiente que teníamos dibujada, la que serpenteante, después de una tranquera, nos permitió arrimarnos a 200 metros sobre el cauce de un arroyito seco, el que remontamos con las chatas para volver a estacionarlas sobre la confluencia. Ya había perdido la cuenta, pero lo concreto es que ésta era la número 12 y que ahora teníamos una virgen para cada uno. Ésta llevó el nombre de GUILLERMO LOZA, que era el que todavía estaba rengo.

            Obviamente el grupo que se trabó por el sur, apenas tuvo la noticia que nosotros podíamos avanzar, no tardó en llegar, antes que anocheciera para completar la tarea de la Comunidad de las Confluencias, que ahora sí dio por finalizado su trabajo.

 
La tarde iba cayendo y teníamos que ganarle la carrera a la oscuridad

 
Y se la ganamos...

De nuevo, congestión en "Estacionamientos La Confluencia", ahora en la sucursal 4767

 
De nuevo, no hizo falta bajar los GPS de las chatas


Mientras algunos medían y fotografiaban, otros no podían ocultar los síntomas del "Síndrome de las Confluencias"




El dueño de la confluencia y las vistas a los cuatro puntos cardinales


El atardecer ponía telón de fondo a la aventura patagónica confluenciera

            Salimos a la RN 3 desandando el camino y nos dirigimos hacia Caleta Olivia, donde Goofy nos había ofrecido la casa de la abuela para cenar y “acampar. Algunos terminaron en un hotel pero nos juntamos todos en el quincho de la casa de la abuela para la última cena de la Comunidad, antes que comience a disgregarse.

 
Pierre y Pablo tomaron el control de los fideos con tuco


Y finalmente tuvimos la "ultima cena" en Caleta Olivia

            Fue el broche de oro para un viaje muy exigente, excepcional en sus resultados y especialmente por la calidad humana de los participantes. No es sencillo convivir 8 días entre tantos en forma permanente sin que haya problemas, por el contrario, fue un placer. Tuvo de todos los terrenos: ripio, piedra, vadeos, barro, arena, nieve.. qué más podíamos pedir.

                      La quimera que Pablo y yo habíamos imaginado en nuestras computadoras, quemándonos los ojos con el Earth Google y demás yerbas, se había concretado con precisión suiza.

            Él y yo sabíamos que no era un viaje más, sino el resultado de una serie de decisiones de vida que en forma separada y diferente, fuimos tomando para poder hacer lo que nos gusta.

        La verdad que estamos muy felices por haberlo podido hacer realidad y muy agradecidos con el resto de los locos que se sumaron a la aventura y, por supuesto, con nuestras familias que se bancan estoicamente nuestras ausencias.
 


Aunque parezca mentira, este jardín verde y florido está en Caleta Olivia

 
La abuela de Goofy con Pierre y con su nieto, Goofy

           Quiero agradecer especialmente a mi copiloto el Holantino Pierre, que se bancó los 6250 kilómetros que hicimos arriba de la Vitara sin perder nunca su buen humor y entusiasmo y a la abuela de Goofy, que nos dio asilo en su casa, un increíble oasis en florido en Caleta Olivia, a un conjunto de sucios forajidos desconocidos como si fuéramos sus nietos.

            A propósito,  LATITUD 50 – MALBEC les suena?

 
Pampa
Diciembre 2009

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PD.: Las fotografías del relato no son todas mías, mas bien las mías son las menos. El mérito y los créditos son de quienes me acompañaron.