VIEJAS ASPIRACIONES CUMPLIDAS, PASÁNDOLA BOMBA

19 al 28 de Febrero de 2016

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MARTES 23 DE FEBRERO DE 2016: ESCUCHANDO LA MÚSICA DEL IGNOTO LAGO GUITARRA

                El día había sido largo y costaba mover la tropa; sin embargo era imperioso salir lo más temprano posible ya que las chances de recuperación eran ciertas siempre que el lago Guitarra no fuera inexpugnable.

                Para inducir la partida rápida, tomé la delantera y me largué solo por la RP25 con la consigna de esperarlos en la YPF de Gregores después de comprar provisiones.

                Esta salida anticipada, con desayuno “on board” permitió andar tranquilo por el ripio aprovechando para disfrutar el paisaje sin preocuparse por la velocidad. No es que hay mucho para ver en este enlace, pero guanacos y ñandúes hay todos los que uno quiera, cosa que entretuvo a mi copiloto que estaba ávido de fotografiarlos.


Las cabañas donde nos amontonamos todos en San Julián - FOTOS: Alejandro BONNIN


Solitaria RP25 en las cercanías del viejo Hotel Bellavista - FOTO: Sergio ZEREGA


Ñandúes por todos lados - FOTOS: Alejandro BONNIN


Foto típica, es la RP25, pero podría ser cualquier vieja ruta patagónica - FOTO: Alejandro BONNIN


Guanacos por todos lados - FOTOS: Alejandro BONNIN


Llegando a Gobernador Gregores - FOTOS: Alejandro BONNIN


Monumentos clásicos en la plazoleta de la calle principal de Gregores: los pumas o leones que le habían dado su antiguo nombre de
 Cañadón León, una pesada carreta y el tractor de ruedas de hierro de los primeros colonos - FOTOS: Alejandro BONNIN

                En menos de dos horas y media estábamos en Gregores, donde aprovechamos a comprar algunas vituallas en La Anónima (especialmente huevos y panceta para la receta infaltable del Pampa) y después nos fuimos a la estación de servicio YPF a esperarlos. Durante la espera se me ocurrió que no sería mala idea comprar una bomba de nafta de repuesto, más por cábala que por necesidad y aproveché la espera para conseguir una. Fanático yo? No, no voy a quemar dos bombas en un mismo viaje…

                Al rato cayeron todos, poco antes de mediodía y en poco tiempo nos pusimos nuevamente en marcha. Tomamos la RN40 hasta Las Horquetas (con bastantes parches aunque la carpeta es nueva) y luego nos desviamos por la RP37 que conduce al Parque Nacional Perito Moreno.

                Al aproximarnos a la estancia Sierra Andia tomamos contacto con Guillermo Loza, que puntualmente nos esperaba en el lugar convenido. Allí reagrupamos y enseguida, ya inflados de ansiedad  le apuntamos al casco de la estancia por los tracks que habíamos sabido conseguir.

                A poco de andar una chata nos alcanza para ver que hacíamos por allí: era Fabián el encargado de Sierra Andia, quien al mencionar que éramos amigos de Eduardo Lada no tuvo problema alguno en dejarnos continuar y además darnos algunas indicaciones que podrían ser de utilidad por si nuestro plan A fallaba. Según él, alguien había subido alguna vez al Guitarra pero por Cerro Pampa, no por donde planeamos nosotros, que a su parecer sería muy difícil por las piedras que hallaríamos. En las satelitales se veía muy lisito….

                La estancia está metida en un profundo cañadón antes del primer escalón para subir a la meseta del Asador donde se enclava el lago Guitarra. El primer escalón es empinado pero fácil ya que hay una huella bien marcada utilizada por la estancia.


Por la RP37, rumbo al lago Guitarra, en plena estepa patagónica - FOTOS: Alejandro BONNIN


La huella que conduce a estancia Sierra Andía sortea profundos cañadones ocultos - FOTO: Alejandro BONNIN


En uno de esos profundos cañadones, recostada sobre el borde de la meseta del Asador,
se esconde la estancia Sierra Andía - FOTOS: Alejandro BONNIN


Llegando a Sierra Andía - FOTO: Alejandro BONNIN


El casco de Sierra Andía - FOTOS: Guillermo LOZA


Saliendo al lago Guitarra por la puerta trasera de la estancia Sierra Andía que lleva a la estancia Cerro Pampa - FOTO: Guillermo LOZA


De momento por huellas poco transitadas empezamos a subir al primer escalón de la Pampa del Asador - FOTOS: Alejandro BONNIN


Desde las alturas, podemos aprecia el casco de Sierra Andía - FOTO: Hugo BERRY RHYS


Las huellas se ponen lindas - FOTOS: Guillermo LOZA


Huellas en la estepa y cielos con extrañas nubes, Patagonia en estado puro - FOTOS: Guillermo LOZA


Recorriendo el primer escalón ya podíamos ver en el horizonte el escalón final que nos llevaría al lago Guitarra - FOTO: Guillermo LOZA


Ya en el primer escalón, donde las huellas se terminan, a lo lejos apreciamos
los cerros Iglesia, Ventana y Pampa  - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA

                Una vez que alcanzamos el primer escalón la cosa se complica porque el segundo es muy pedregoso y presenta el característico borde acantilado de las mesetas santacruceñas; como en otros casos hay que hallar la grieta que permita alcanzar el plato de la meseta.

                Sin haber visto satelitales, en el terreno es muy difícil encontrarlas a simple vista pero por suerte teníamos dos o tres lugares detectados que podían darnos la chance de subir y tortuosamente fuimos subiendo hasta pegarnos a los acantilados. Desde la RP37 ya habíamos subido unos 500 metros en un corto trecho.

                Mágicamente, las grietas aparecieron y si bien no eran sencillas de transitar, con paciencia y algo de habilidad, las pudimos sortear para posicionarnos en la meseta del Asador a 1250 msnm, a siete kilómetros del desconocido lago Guitarra.


Llegó el momento de abandonar las huellas y a trepar por donde sea - FOTO: Hugo BERRY RHYS


Como nos gusta, abriendo caminos por donde no existen - FOTOS: Guillermo LOZA


Lentamente, a los saltos, nos encaramamos hacia la Pampa del Asador - FOTOS: Sergio ZEREGA y Guillermo LOZA


Cambiantes cielos patagónicos acompañan nuestro tortuoso ascenso  - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Desde la perspectiva de los 1000 msnm, asoman las montañas que rodean la Pampa del Asador:
el cordón del San Lorenzo al oeste y los cerros Pampa, Iglesia y Ventana al este - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Faltan subir 200 metros y empezamos a ver el borde de la meseta, con sus filosos acantilados - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Al acercarnos al acantilado final, empezamos a contornearlo buscando la grieta que nos permita atravesarlo - FOTO: Alejandro BONNIN


La búsqueda de la grieta se hace dificultosa porque el terreno se puso muy áspero, como era de esperar - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Por si fuera poco, ahora un terrible coironal que disimulaba las enormes piedras que pisábamos - FOTOS: Guillermo LOZA


Igualmente es obvio que vale la pena estar inmersos en estos paisajes - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


Como si fuese una ciudadela amurallada, la Pampa del Asador no nos daba resquicio para su invasión - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Seguíamos buscando la grieta amigable que no aparecía - FOTO: Hugo BERRY RHYS


Al volver la vista atrás se podían apreciar los obstáculos que sorteamos y lo que habíamos subido - FOTOS: Sergio ZEREGA


La insistencia triunfó: Hugo Perret encontró un paso "accesible" - FOTOS: Guillermo LOZA y Hugo BERRY RHYS


Guiadas perfectas para sortear el obstáculo final para acceder a la Pampa del Asador - FOTOS: Guillermo LOZA


De a uno, fuimos esquivando las enormes piedras que tapizaban el paso, inmersos en un hermoso paisaje patagónico - FOTO: Sergio ZEREGA


Más imágenes de la difícil pasada  - FOTOS: Guillermo LOZA


Por fin nuestras chatas pisaron la Pampa del Asador, casi seguro las primeras por esta variante - FOTO: Sergio ZEREGA


Ahora "solamente" restaban siete tortuosos kilómetros para hallar el lago Guitarra - FOTOS: Guillermo LOZA y  Sergio ZEREGA


Los cielos patagónicos que siempre nos acompañan - FOTOS: Hugo BERRY RHYS

                Como en toda meseta patagónica sin huellas marcadas previamente, transitarlas es aterrador pero es el precio a pagar por descubrir las maravillas ocultas que venimos a buscar.

                Llevó casi una hora recorrer ese trecho, terriblemente alargado por la ansiedad, pero el esfuerzo valió la pena: por primera vez siete vehículos pudieron asomarse a los acantilados que encierran al lago Guitarra unos 70 u 80 metros más abajo del plano de la Meseta del Asador.

                Desde esta altura es posible verlo en su totalidad, con sus diez kilómetros de largo, sus tres kilómetros de ancho máximo y su curioso contorno que efectivamente rememora la silueta de una típica guitarra criolla, con clavijero y todo. El azul intenso de sus aguas, que cambia su tonalidad con las nubes que se mueven a toda velocidad es sencillamente extraordinario. Valió la pena el esfuerzo de llegar aquí, un anhelo postergado por años, solo empañado por la ausencia de Pablo Anastasio que tanto trabajó para estudiar su acceso. No te preocupes Pablito que la próxima vez venimos y acampamos en sus orillas.


Al final de la larga hora de tránsito tortuoso, el lago Guitarra asomó tímidamente - FOTOS: Hugo BERRY RHYS


Con ustedes, el hasta no hace mucho desconocido lago Guitarra... - FOTO: Sergio ZEREGA


El lago Guitarra y los exploradores - FOTO: Alejandro BONNIN


El lago Guitarra visto desde 15 kilómetros de altura según Don Earth Google


Alejandro, feliz, nos muestra el clavijero y la cejuela de la guitarra - FOTOS: Alejandro BONNIN y Sergio ZEREGA


En esta toma se aprecia el mástil de la guitarra - FOTO: Hugo BERRY RHYS


Y en estas, el cuerpo de la guitarra - FOTOS: Alejandro BONNIN y Sergio ZEREGA


Pampa y Pampa 02, ambos orgullosos en el lago Guitarra. Otro anhelo cumplido!!! - FOTOS: Alejandro BONNIN y Sergio ZEREGA


Las fotos no están retocadas: el color del lago cambia a cada rato con la nubosidad - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA


Las acantiladas costas del lago, testigos de una buena picada para festejar el logro - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA

                El plan era seguir el contorno y bajar por el este del lago pero dado la hora y el éxito logrado, decidimos no arriesgarnos a meternos en una ratonera y no poder llegar a una hora prudente a La Oriental: Guillermo me confirmó que Eduardo Lada había respondido a mi pedido e iba estar asando un guanaco de bienvenida y no era cuestión de desaprovecharlo.

                Volvimos sobre nuestros pasos y bajamos a la RP37 por el mismo camino que habíamos accedido, no sin antes imaginar nuevos desafíos ya que la zona pinta lindo: por ejemplo todo indica que también se podría llegar al pueblo de Lago Posadas visitando los ignotos lagos Olnie I y II.

                La bajada nos permitió apreciar tres cerros muy pintores que enmarcan la meseta del Asador por el sur: el cerro Iglesia, el cerro Ventana y el Cerro Pampa (el nombre no le puse yo, estaba de antes…)

                Pasamos a agradecer a Fabián contándole que ahora tiene acceso directo al Guitarra sin irse a Cerro Pampa y nos dirigimos raudos a La Oriental, previo paso por el control de acceso  al Parque Nacional Perito Moreno.

                Llegamos a La Oriental y efectivamente en el quincho, el mentado guanaco (en realidad un chulengo) estaba en pleno proceso y lucía muy pero muy bien, al comando de mi querido amigo Eduardo Lada.

                Habíamos llegado a tiempo y lo mejor, que el programa de viaje después de casi 3000 km estaba en fecha y el tiempo previsto para el cruce de La Oriental a Lago Posadas estaba intacto.

                Nos acomodamos en las carpas y en los dormis de la estancia acto seguido nos dispusimos a degustar el guanaco, regado por mucho y buen vino, con ensaladas de la huerta del invernadero de la estancia cultivadas por la querida Sully.

                La sorpresa de todos, Lada incluido ya que nunca lo había cocinado así, fue que nuestro guanaco resultó exquisito y encima es una carne magra. Una maravilla para festejar la llegada al lago Guitarra y para templar el ánimo para los días venideros.

                Terminado el asado nos mudamos a la casa principal a comer el postre, donde el amigo Hugo Berry nos deleitó con unos postres de origen galés con los que nos chupamos los dedos, del mismo modo que con los whiskies escoceses que aportó. A mí no me gusta tomar whisky pero esta vez pude hacerlo de buena gana.

                Nos fuimos a dormir y hacía frío, pero nadie lo sintió….


De ahí arriba bajamos - FOTO: Sergio ZEREGA


Tres hermosos cerros, que de izquierda a derecha, entiendo que son el Pampa, el Iglesia y el Ventana - FOTO: Sergio ZEREGA


Cerro Pampa solito y Cerros Pampa e Iglesia juntos - FOTOS: Sergio ZEREGA


Una pirca patagónica llamada "Maximiliano" antes de bajar a Sierra Andía
y una vista del valle del río Belgrano - FOTOS: Sergio ZEREGA y Hugo BERRY RHYS


Al atardecer, la RP 37 llegando a la sede de Guardaparques del Parque Nacional Perito Moreno - FOTO: Alejandro BONNIN


En el quincho de La Oriental, bautizado "Pocholo" en homenaje al padre de Eduardo Lada, pionero de la zona - FOTOS: Guillermo LOZA


Está lleno de recuerdos de viejos elementos usados en la estancia en el pasado - FOTOS: Guillermo LOZA


Un buen lugar para llenarlo de amigos de visita - FOTOS: Guillermo LOZA


Las mesas están listas y Eduardo está por sorprendernos... - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA


Y acá está la sorpresa: un chulengo al asador, comida inédita para todos - FOTO: Guillermo LOZA


Se merecía varias fotos, era una pinturita... - FOTOS: Hugo BERRY RHYS y Guillermo LOZA


Eduardo comenzó a cortar y a servir  - FOTOS: Hugo BERRY RHYS y Sergio ZEREGA


Muy feo no estaba. Sobró tanto... - FOTO: Guillermo LOZA


Ahora un especial postre galés Plum Pudding aportado por Hugo Berry Rhys - FOTOS: Guillermo LOZA y  Sergio ZEREGA


Le dimos duro al whisky escocés, que hasta nos prendió fuego el postre... - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA

 
Compartiendo una excelente velada entre amigos y disfrutando del postre y
el whisky en los confines patagónicos - FOTOS: Alejandro BONNIN y Guillermo LOZA


Gracias querido Eduardo por tanta hospitalidad!! - FOTOS: Guillermo LOZA

 
Recorrido del día

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